Vaya por adelantado que el libro del que hablaremos a continuación no es uno de esos libros que pasaran a la historia por su calidad. Sin embargo, se trata de una de las pocas novelas dentro del género llamado “Best Seller” que tiene como tema principal la música pop-rock.
Por poner en antecedentes sobre la novela y el autor, indicaremos que esta es la tercena novela de Joseph Gelinek, pseudónimo de un autor español cuyo nombre real es todavía desconocido y que toma el nombre del refutado pianista austriaco de finales del siglo XVIII. Sus anteriores dos novelas, “La 10º sinfonia” y “El violín del diablo”, también tienen que ver con la música aunque en ambas ocasiones el leitmotiv es la música clásica. Si bien “Morir a los 27” puede ser leída independientemente sin la lectura de las anteriores, el hecho de que el protagonista principal en los tres libros se el inspector Perdomo y que en algunos casos se haga referencia a su vida personal relatada anteriormente, hace que la lectura de las dos novelas previas.
La novela trata sobre la misteriosa muerte de John Winston, líder del grupo de moda “The Walrus” (clara referencia a los Beatles), encontrado muerto en el hotel Ritz de Madrid en extrañas circunstancias tras un concierto en el Bernabéu. En medio de la investigación, Mark David Chapman, autor del asesinato de John Lennon confiesa ser el asesino de Winston pese a llevar más de 30 años en prisión. A partir de aquí la novela entra en un sinfín de tribulaciones en el que se mezclan el tan nombrado tras la muerte de Amy Winehouse “Grupo de los 27”, la piratería tecnológica o el póker. La trama policíaca es de una sencillez abrumadora y el lenguaje, como en todo best seller, es sencillo y neutro.
Lo mejor del libro, sin duda, es el personaje de Amanda Torres, periodista experta en rock y jugadora de póker ocasional que asesora a Perdomo en los temas musicales y que aporta los momentos más divertidos y precisos en lo que a información musical del libro se refiere. Así pues, nos encontramos ante un libro que seguramente no va a cambiar la vida de nadie, pero que puede ayudar a hacer estos momentos finales del verano un poco más agradables.
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