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Entrevista a Jorge Martí (La Habitación Roja)

1 de noviembre de 202240 min de lectura

Hablar con Jorge Martí siempre ha sido un placer. A lo largo de la historia de este proyecto han sido ya dos entrevistas e innumerables ocasiones las que le hemos visto en directo, bien sea con la banda al completo, en formato dúo con Pau Roca o incluso en alguna ocasión en solitario con motivo de la presentación del documental sobre su persona “In the middle of Norway”. Con motivo del concierto que el próximo 5 de noviembre ofrecerán La Habitación Roja en la sala Apolo de Barcelona, donde podremos disfrutar de un concierto repaso a toda su trayectoria, y del éxito de su biografía “Canción de amor definitiva”, hablamos del devenir de la banda en estos más de 25 años de carrera, de su vida personal y de cómo está evolucionando la industria musical.

Jorge Martí La Habitación Roja Barcelona 2017

Jorge Martí de La Habitación Roja, Sala Bikini 2017 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©

  • Leyendo el libro, una de las cosas que queda clara es el desencanto con la industria musical. Sorprende que en plena pandemia optéis por un cambio tan radical como dejar vuestra antigua discográfica y agencia de contratación.

Bueno, en realidad el cambio llegó antes, en 2018. Decidimos que acabamos contrato y que era el momento de un cambio. Después de muchos años, necesitábamos cambiar y hacer las cosas de otra manera y luego sí que es cierto que, durante la pandemia, claro, pues Íbamos a hacer 25 años como banda, íbamos a trabajar con gente nueva, había ahí mucha energía y muchas ganas. Pero bueno, todo se fue a la mierda por la pandemia, la verdad. Entonces sí que es cierto que durante la pandemia reflexionamos un poco sobre hasta qué punto los músicos, y en este caso nosotros hemos cedido nuestro patrimonio, hemos firmado contratos abusivos, no hemos estado encima de nuestras creaciones y hemos jugado todo a la carta del directo (Que es lo que se nos vendía.), pero claro cuando no puedes tocar en directo es cuando te paras a revisar contratos y te das cuenta que tu legado no lo has cuidado.

Somos un grupo que ha vivido la transición del mundo analógico a digital, y entonces creo que hemos sufrido también las consecuencias de tener contratos del mundo analógico… Lo he hablado con otros artistas y siempre nos decían que ellos intentaban actualizar las condiciones de los contratos, cosa que a nosotros no se nos dio esa opción, así que te das cuenta de que a priori sin tocar no puedes vivir de la música, y aunque hemos sobrevivido a base de las ayudas y de nuestro esfuerzo, hemos podido sacar dos discos en este periodo incierto.

  • Es curioso como esa necesidad de visibilidad a través de management y discográficas es en el fondo similar a otros ámbitos. Un amigo investigador me comentó que se sentía muy reflejado al leer el libro con el sentimiento de explotación que sufre él al legar su investigación a revistas, universidades, etc…

Diría que pasa en todos los ámbitos de la vida, que hay una parte que hace el trabajo y otra que se lleva el beneficio… Bueno, es muy del capitalismo esto. En ese sentido yo creo que los atajos al final tienen malas consecuencias. En un sector como el de la música todas las partes tienen que ser generosas y estar interrelacionadas y ser conscientes de que todos nos necesitamos, pero que en última instancia sin canciones o músicos no hay negocio. Entonces todos los satélites que orbitan alrededor de los músicos deberían de tener un extra de cuidado y respeto. La música al final trata de sentimientos, de gente que se expone a nivel personal y vas a comerciar con eso, así que estaría bien que fuese desde el respeto y teniendo en cuenta que hay que ser como una comunidad. Es cierto que eso no se da en la música ni en el planeta en general, la gente no hace que las cosas sean sostenibles; igual que extraemos más agua de la necesaria o consumimos más recursos de los que hay, hacemos lo mismo con los músicos y los proyectos se agotan extenuados y se pierden. Yo creo que a veces, solo por mera supervivencia tiene que cambiar, y con ello no estoy diciendo que todo sea malo, pero creo que falta cierta empatía. En el libro una de las cosas que a posteriori me he dado cuenta, solo lo he leído una vez cuando iba a la presentación de Madrid, es del esfuerzo y horas que hemos metido, de alguna manera renunciar a nivel personal, no sé si años de vida, pero sí a cosas compartidas con la familia. De repente has hecho un esfuerzo del que tú no eres consciente porque tu estas desde dentro haciendo las cosas, vas tirando… Pero cuando haces un balance con motivo del libro o del documental, he visto el camino recorrido y me planteo si ha merecido la pena perderte cumpleaños o momentos de tu familia por la música, por un proyecto, por entregar un disco, por todo lo que hemos hecho. Además, en mi caso, me ha pasado factura a nivel físico y psicológico, por lo que te preguntas si ha valido la pena o si alguien lo valora. A lo mejor el libro sí que ha servido para que la gente lo vea y me escriba cosas como “gracias por habernos ofrecido vuestra música”, así que a lo mejor destapar esta cara B de mi vida y del grupo ha servido para que seamos un poco más cercanos…

La habitacion roja - Barcelona 2017

Jorge Martí de La Habitación Roja, Sala Bikini 2017 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©

  • Una de las cosas que más me impactó del libro fue ese espíritu de lucha y de hacer las cosas bien, como tocan sin pisotear a nadie. En mi caso, que he estado cuatro años viviendo en el extranjero por motivos laborales, muchas veces cuesta mantenerse en esos principios cuando ves que gente que ha optado por el camino fácil o incluso no honesto al final obtiene un beneficio que tu ni siquiera rozas…

Yo creo que, en la vida, algo que aprendes con los años, es que merecer algo no es suficiente. La gente, en base a la cultura del esfuerzo, te dice “consigues tus objetivos porque te lo mereces”. Yo no creo que las cosas funcionen así, aunque evidentemente si lo consigues con esfuerzo será mejor porque lo valorarás más. Yo creo que es una cuestión moral, de principios, y si algo hemos tenido en el grupo son principios. Siempre hemos sido bastante honrados, honestos y justos, intentando siempre ir de cara, y en ese sentido hay cosas que son innegociables porque son parte de tu forma de ser y vivir, de lo que quieres inculcar a tus hijas. No sé, creo que el mundo es un mundo muy hostil, con gente que contribuye a esa hostilidad de manera desaforada y tu no quieres ser parte de esa gasolina para que el incendio sea más grande. Siempre hemos sido muy fieles a lo que sentimos, a nuestros principios, a lo que sentimos que es justo y correcto. Puede que esté equivocado, pero ya es demasiado tarde para cambiar, pero ahora que he cumplido 50 años yo no tengo la sensación de fracaso, sino todo lo contrario, de liberación por haber hecho lo que he podido desde lo mejor que he sabido.

Me he caído muchas veces, pero también me he vuelto a levantar. En el grupo hemos sido muy tenaces y estamos ahí no solo por la tenacidad, sino también por nuestro talento, pero de la misma forma que pienso que podría habernos ido mejor, también conozco casos de gente con más talento y con mejores canciones y directo que han tenido que dejar la música. A estas alturas uno intenta estar agradecido y pensar; Mira este verano hemos hecho más conciertos que nunca, nos siguen llamando después de 27 años de carrera, tenemos nuestro público… Siempre tuve la sensación de que hay un montón de bandas que me flipan, que nunca han llenado estadios, y que siempre me comía la cabeza pensando ¿porque esta banda no llega a más? Ahora sé que hay veces que las cosas se dan y otras no. También hay otras cosas que pueden ayudar y eso lo hemos hablado muchas veces en el grupo; nosotros no nos sentimos cómodos con ciertas cosas que hay que hacer en la industria de la música como venderse, visibilidad. No va con nosotros, no nos sentimos a gusto y no servimos para ello. Queremos hacer buenas canciones, buenos discos, y si no se puede vivir de ello, pues nos dedicaremos a otra cosa, pero lo último que queremos es ser famosos. Hoy en día hay un culto a la fama desmesurado, potenciado por las redes sociales, y la gente se vende todo el rato. A veces oímos “tenéis que anunciar más este concierto, tenéis que hacer promo, tenéis que haceros un TikTok” Pues que venga menos gente al concierto, no se…

Yo he visto un cambio de paradigma en la industria de la música, artistas que ya tienen la estructura para ser famosos antes de tener temas memorables que perduren en el tiempo… Yo pienso en cuando era más joven y cuando tu objetivo era tener una canción y poder editarla, publicarla… No quiero que suene a que cualquier tiempo pasado fuera mejor, pero creo que antes había un punto de inocencia que ahora se ha pervertido porque todo el mundo tiene acceso a 15 minutos de gloria que se cree capaz de extenderlos sine die. Ahora el continente se ha vuelto más importante que el contenido, y para mí es un camino por el que no queremos transitar.

  • Sorprende la seguridad y la firmeza con la que muestras, pese a las adversidades tu creencia en el grupo y en las personas que forman parte de él. ¿Cómo se consigue llevar 27 años juntos cuando hay intereses personales o familiares que pueden ser tan diversos?

Bueno, uno siempre tiene dudas, y hay mucha incertidumbre. En cualquier actividad artística es muy difícil dedicarte a lo que te gusta y salir adelante y siempre hay dudas. Pero la grandeza está en que al final te levantas, mantienes la ilusión y las ganas vuelven, sin estar impostadas. Un proyecto como este no hay dinero o productor que lo levante sin nuestra propia fe. Yo creo que he sido una persona muy obstinada, pero he estado tan seguro de mis posibilidades como inseguro, en un toma y daca. Es una forma de avanzar, tener duda, navegar en la incerteza, plantearte las cosas… No sé cómo habrá sido a nivel más íntimo para el resto, pero siempre ha habido momentos de duda en los que tenía claro lo que quería hacer y ser, y creía que valía para ello. Pero muchas veces, igual que te digo eso, también te digo que he tenido momentos en los que he pensado no valgo, no tengo el suficiente talento, eso lo pienso de manera cíclica que va y viene, pero creo que es algo muy intrínseco a la música. El poder de la música que te hipnotiza y que te hace creer que puedes seguir adelante, aunque no sea verdad.

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Jorge Martí de La Habitación Roja, Sala Bikini 2017 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©

  • En mi entorno, cuando LHR suena en casa o en el coche, lo primero que me suele decir la gente cuando se para a escuchar las letras es “Que música más alegre, pero que letras más tristes…”. Algunos que se han leído el libro me han comentado “Ahora todavía me parecen más tristes que antes…”. ¿Cómo casa esa perspectiva con el tema de que Ayer sea cantando como un himno pop alegre y jovial?

Para mi el libro, por ejemplo, ha servido para que haya gente que me haya escrito y me haya dicho “Ahora escucho las canciones desde otra perspectiva” o “Entiendo el porqué de las letras”. Sinceramente, yo creo que las canciones han estado ahí siempre y al escribir el libro de la mano de esas canciones que he ido escribiendo y al final todo cobra sentido, los discos con sus canciones, incluso para los incrédulos es como “Ostras, yo no me creía a este tío, pero resulta que todo era verdad…”¡¡Pues claro que era verdad!!

Como dice Nick Horby en la peli de Alta Fidelidad, “No sé si escucho música pop porque estoy triste o estoy triste porque escucho música pop…” No sé, yo he escuchado siempre música que suena triste, desde The Cure, Radiohead o incluso REM, que tienen un punto melancólico pero vitalista. Yo creo que eso va con la personalidad de cada uno. No me considero alguien triste, pero si alguien que está triste muchas veces. Mi relación con la música siempre ha sido de desahogo, y siempre recuerdo que hay alguien que nos definió como aquel grupo “Que hace canciones tristes que ponen contenta a la gente”. Yo cuando tocamos “Ayer” en un festival y ves a la gente cantándola cubata en mano, pues a mí me parece una catarsis y me mola la historia de que una canción que haya salido de un momento triste y bajo de mi vida, y sin embargo se ha convertido en una canción que pone feliz a la gente, lo mismo que “Indestructibles” o un montón de canciones. Muchas veces piensa uno que cuando está contento hace otras cosas que componer música. 

La música es cosa de dos, oyente y quien ha creado la música, y según como te encuentres tú como oyente te enfrentarás a las canciones haciendo una lectura u otra… Muchas veces eres tú, no eres la música. Lo que sí puedo decirte es que no hago las canciones para complacer a nadie, ya que, aunque te gusta que esas canciones persistan y agraden, al final las haces por pura necesidad, no entendería la música de otra manera. Para mí ese el camino más corto para llegar al oyente es mirar dentro de ti, ser honesto y mirar lo que sientes. Las canciones han sido para mí como una terapia, el día invertido en hacer una canción al final te sientes bien…

  • Tras leer el libro, con tu situación en el chalet L’Eliana, el mundo del fútbol, el éxito y tu vida en Noruega, me queda la sensación de que siempre estás como fuera de lugar, como cinco minutos antes o después de que vaya a pasar algo… ¿Es una sensación solo mía o es algo que te has planteado en alguna ocasión?

Bueno, yo siempre tengo una sensación de no pertenencia, de ir por libre. Nos ha pasado incluso con la escena en Valencia, donde en los 90 había una serie de grupos y al ser de L’Eliana no entrabamos en el circuito… El hecho de no vivir en el pueblo, pero a la vez no ser el arquetipo de lo que venían solo temporadas a los chalets que eran bastante pijos, o el hecho de ser educado en castellano, aunque mis padres hablen valenciano… En el fútbol una persona sensible, que le gustaba la música, era objeto de burla porque ahí eran todos muy machitos, y quizás viéndolo desde esa perspectiva sí que me he sentido un poco a contracorriente. ¡¡Pero bueno, también he tenido sensación de paz!! Es cierto que ahora también a caballo entre España y Noruega, un poco con el corazón partido, siempre pensando que estás perdiéndote cosas, no estando al 100%.

  • Ahora que has sacado el tema del fútbol, me sorprendió mucho la naturalidad con la que te enfrentas a esa antigua masculinidad hablando de esos arquetipos varoniles, con la que hablas de tus gatillazos en tus primeras experiencias sexuales o con la que tratas por ejemplo los episodios de José y Marc con su depresión en México. Aunque vuestras letras tienen esa sensibilidad especial, ¿Has pensado bien a nivel educacional que puede suponer que alguien como tú muestre con naturalidad esos temas?

Son reflexiones que he hecho durante el tiempo de escribir el libro, todos esos conflictos, pudor… Yo creo que cuando uno explora esos territorios es cuando salen las mejores reflexiones y el libro tiene peso y validez por ello. El otro día estuve en el FLEM (Festival de literatura expandida de Magaluf) y estaba Chuck Palahniuk, el de “El club de la lucha” entre otros libros, y él hablaba de que uno escribe sobre sus conflictos, sobre lo que le aterra, lo que le crea desasosiego, y entonces es cuando avanza. También supera cosas… Yo creo que escribir sobre las cosas que te afligen o que te han atormentado, es como la frase esa de “Drama + Tiempo = Comedia”, y al final yo creo que el libro es un poco de tragicomedia, porque hay momentos muy tristes, pero en los que al cabo de un tiempo te ríes a carcajada limpia.

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Jorge Martí de La Habitación Roja, Fib 2016 – Foto realizada por Juan Jesús Gregori para Indieofilo©

  • Con respecto a las letras, recuerdo cuando escuché por primera vez “Cuando el mundo colapse” que me pareció la definición perfecta de lo que es luchar por una relación. Este libro ha servido para que muchos se acerquen al significado real de las letras, pero sin embargo, desde mi punto de vista, siempre tienes el miedo ese de “No conozcas a tus ídolos que los matarías”… ¿Cómo es que alguien tenga un punto de idolatría y te vea tan cercano y abierto?

Tampoco intento yo explicar las canciones, porque creo que las canciones se explican por sí solas. Obviamente cuando he escrito el libro, como lector ves muchas razones y causas de las letras.  Es una canción que me gusta mucho, que no la tocamos mucho en directo la verdad. Es una canción que además está hecha antes de la pandemia, que habla de algo que luego sucedió, que el mundo finalmente colapsara… La grabamos con Paco Loco en Galicia y la verdad es que para mí es de esas canciones pequeñas que se hacen gigantes. No es pretenciosa, y quizás es uno de esos temas que pasa desapercibida a nivel del gran público, así que recuerdo cuando hice la maqueta sólo con acústica al estilo Sufjan Stevens y se la envié a Pau y me dijo “Esto me encanta” y con la producción de Paco mejoró… No la veo triste, me la imagino como todo se cae a pedazos, pero estas abrazado a la persona que quieres y pensar que lo tienes todo. También me gusta que habla de lo pequeño y cotidiano, y eso tiene un poder super grande y universal, como que hablar de las cosas mundanas y pequeñas empodera a las canciones. La condición humana no somos tan distintos, con los mismos sentimientos de amor, ira, tristeza y eso nos acerca a todos al escuchar temas con esta temática pequeña.

  • ¿Crees que nos cuesta entender la música de ahora y que tenemos un rechazo frontal al cambio?

Esto es algo que se dice mucho, yo oigo música que escuchan mis hijas y me llega. También creo que sí que es cierto que ahora hay una ruptura (Por la tecnología, por las RRSS, etc…) muy grande y la gente joven quizás sabe mucho de su música y su momento, pero no saben de cosas que sucedían 10 años atrás y eso me choca un poco. Yo tengo 50 años, he escuchado música desde que era joven y era música de todas las épocas, desde los 60 a la actualidad, pasando décadas y añadiendo favoritos a mi colección de todos los tiempos. Creo que está bien tener perspectiva histórica, y yo no simplificaría tanto las cosas a eso de “Todo lo que sale ahora es malo”. Me ha gustado mucho el último disco de Rosalía o el de C.Tangana, así como hay cosas de artistas actuales que no me gustan: No me gustan las letras, no me gusta la estética, van con el rollo de masculinidad tóxica que hablamos antes.

Al final es una cosa también propia de la edad que cuando eres más joven eres más permeable a los nuevos sonidos y buscas más, mientras que cuando te haces mayor no escuchas tanta música. A mí no me mola hacer creer a la gente que tengo 20 años, siempre me han gustado los artistas que envejecen con dignidad, viendo ejemplos como Neil Young o Leonard Cohen, me gustaría acabar como ellos.

  • ¿Y cómo crees que se puede mostrar la evolución como grupo sin caer en experimentos de estilos que no casan con lo que es LHR?

Para mí lo imprescindible es que haya buenas canciones y que luego las pistas ya las lleves hacia donde quieras a nivel de producción, pero si no hay buenas canciones, ya puede venir Brian Eno que no hay quien lo levante. Realmente LHR creo que es un grupo muy desconocido para la mucha gente que se ha quedado con “Mi Habitación” e “Indestructibles”, pero creo que tenemos canciones de muy diferente producción y estilos. Cuando oyes la letra obviamente se nota, pero como grupo siempre hemos intentado hacer producciones que a lo mejor se han entendido o no, y que haya a gente que le han sonado continuistas, pero cada disco hemos intentado que sea diferente. No hemos hecho nunca eso de hacer otra como “Ayer” o “Indestructibles”, de hecho, huimos más que eso.

Otra de las cosas que creo que a veces no se nos valora es la temática de nuestras letras. Hablamos de política antes que la mayoría de músicos indie, “Días de vino y rosas” habla sobre el maltrato en 2010… A lo mejor no hemos trascendido, y por eso tenemos esa sensación de desconocimiento.

La habitación roja 2017 - Barcelona

La Habitación Roja, Sala Bikini 2017 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©

  • ¿El concierto del 5 de noviembre en la Sala Apolo de Barcelona va a ser una revisión de toda vuestra carrera al estilo del que hicisteis en el Teatro Principal de Valencia en 2020?

Bueno, sí que vamos a intentar tocar canciones de todas las épocas y de todos los discos, aunque también tocaremos unos pocos temas más de nuestros dos últimos discos Años Luz (2021) y Años Luz II (2021). El concierto queremos que sea largo, y queríamos desde el principio que fuese en el Apolo, aunque no llenásemos la sala, porque es un sitio que nos encanta y darnos el gustazo de tocar ahí. Además, todo hace pensar que podrá venir Edu, por lo que podremos estar los 6 sobre el escenario y hacerlo al estilo de Valencia. Nos apetece mucho, porque siempre hay mucha gente que nos dice que tenemos un poco olvidada a Barcelona para los grandes conciertos, y aunque no sea una ciudad sencilla tenemos nuestro público y también hay que decir que los últimos conciertos en Cataluña como el que dimos en Cornellà la verdad es que han sido una gozada. Hemos pensado que sea un sábado para que la gente que no sea de Barcelona incluso se pueda acercar pasando un buen fin de semana en la ciudad.

Con respecto al tema de las dudas de si llenaremos, el tema es que a veces tengo la sensación de que desde fuera la gente nos ve más de lo que luego realmente somos. Somos un grupo que ha llenado ahora La Riviera ahora este noviembre pasado cuando nunca la habíamos llenado. Cuando veo grupos que llenan La Riviera 2 o 3 días seguidos, o el Wizink, pienso, joder, que pasada, con lo que nos a costado a nosotros todo… Cuando hicimos lo del teatro Principal en Valencia me sorprendió bastante la velocidad con la que se vendieron las entradas.

  • Para acabar, Tú que tienes dos hijas ya más mayores, a nivel musical, como padre ¿Intentas inculcarles gustos o les dejas ir libres?

He puesto cosas que les han gustado, pero no he tenido el intervencionismo que he visto en otros padres. Como explico en el libro, el hecho de la enfermedad de Ingrid ha hecho que la música en casa se escuche con auriculares ya que le molesta muchísimo. En viajes en coche de horas, como los que tenemos aquí en Noruega, nos pasa lo mismo. Y si te paras a pensarlo es triste que un músico, en una familia amante de la música, no se ponga música ambiental, y eso ha condicionado mucho que en una serie de momentos en los que yo podría haber influido mucho como conductor del coche, por ejemplo, no lo haya hecho.

Así que se han educado a sí mismas, aunque hay cosas que han trascendido. Les gustan The Smiths, o ves playlist suyas que han subido a Spotify que tienen canciones que te han escuchado a ti. Mi hija mayor sí que me pregunta más, sobre todo cuando vamos en el coche. Los últimos viajes que hemos hecho iban poniendo ellas la música y muchas veces me preguntan que me parece, como buscando una validación. 

Victor Ramos

Fanático de la música desde que mis padres me ponían a Eydie Gorme y Los Panchos o el Discotuna por la A2. Intenté tocar varios instrumentos, pero soy muy torpe con la mano izquierda, así que ya sabéis el resultado final. Fan del britpop, Post-punk, el rugby y el baloncesto...

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