A las 22 horas, una hora poco habitual para lo que se acostumbra en la capital holandesa, el grupo británico Yuck aterrizaba en la sala pequeña de Paradiso para presentar su último trabajo, Glow & Behold, digno sucesor del pelotazo que supuso su homónimo álbum de debut.
Ante una sala que presentaba 3/4 de entrada, la banda optó por empezar con uno de los temas mas lo-fi de su nuevo disco, "Middle Sea", en el que se recogen ritmos y sonidos propios de los mejores Pavement, aunque la nitidez del sonido quedaba un poco enmascarada por el excesivo volumen que salia del escenario, siendo recomendable alejarse hasta mitad de la sala para poder disfrutar del concierto en su plenitud. Tras una breve presentación por parte del líder Max Bloom, las brutales distorsiones del nuevo guitarrista de la banda, Ed Hayes, sirvieron para poder disfrutar al máximo de "Holing Out", a la que siguieron una calmada versión de "Lose My Breath" y "Out of time", en las que destacaron las líneas de bajo y coros de Mariko Doi.
Con la sala ya metida en ambiente sería el momento de la reconocida "Get Away", que sonó incluso mas cercana a Sonic Youth en directo que en el disco, haciendo disfrutar y saltar a un público que posteriormente quedaria como anestesiado ante la versión mas shoegaze del grupo, esa que interpreta su último single "Rebirth" en unos medios ritmos que le alejan de su versión mas dura. En otro paso mas en esa dirección, Max Bloom optaba con coger una guitarra acústica para interpretar la popera "Nothing New", en la que también se vislumbraron unas curiosas líneas de sintetizador que sustituyeron a la trompeta de la versión original, aunque como en un cambio de sentido de 180º el grupo interpretó la reciente "Another One", perteneciente a su próximo EP Southern Skies, en el que se acercaban de nuevo a una versión mas noise de su sonido lo-fi con las distorsiones como protagonistas.
Tras ella el show decayó brevemente con una floja interpretación de "The Wall", por lo que el grupo optó por intentar levantarlo de nuevo con su versión de "Age of Consent", tema original de Joy Division, en el que quizás se echó un poco en falta la potencia vocal de Bernard Sumner pero en el que se bordaron las características guitarras del tema original. El concierto llegaria a su fin con una genial "Operation", en la que pudimos ver un maravilloso duelo entre las distorsiones de las dos guitarras del grupo, y que nos dejó la sensación de el show acababa cuando la banda mas podía ofrecer, con un público entregado y una conexión magnífica. La corta duración del show no puede sin embargo empañar la gran calidad de una banda que se supera disco a disco y que en directo ofrecen un show lleno de fuerza y volumen cercano al de sus admirados Sonic Youth.
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