Con motivo de los MTV European Music Awads, cuya gala se celebró este domingo en la capital holandesa, la conocida cadena de televisión ha ofrecido una serie de conciertos en algunos de los locales mas emblemáticos de la ciudad con The Killers, White Lies o Swim Deep, entre otros, como protagonistas. Los jóvenes de Birmingham fueron los encargados de cerrar esta serie de conciertos en la sala pequeña de Paradiso, probablemente el local de conciertos más reconocido de Amsterdam, con el cartel de no hay billetes desde hace días y ante unas 200 personas. Durante cerca de 45 minutos los ingleses descargaron su pop rock lleno de fuerza y distorsión que los críticos entendidos se han empeñado en calificar como B Town, haciendo referencia a la ciudad de la que proceden y el movimiento que recientemente se ha dado con otras bandas como Peace o Jaws.
El concierto arrancó con la cálida "Francisco", en la que ya se mostraban algunas de las características que iban a ser la tónica dominante del concierto, una batería muy marcada que encaja a la perfección con la clara voz de su cantante Austin Williams, además de la efectividad de unas sencillas pero pegadizas líneas de teclado. Poco tuvimos que esperar para escuchar uno de sus temas mas conocidos, "Honey", que sirvió para que la gente entrase en calor y que quedó un poco deslucido por algunos acoples que se produjeron a lo largo de la canción y que se repetirían durante buena parte de la primera mitad del concierto. Casi sin respiro llegarían "Red Lips I Know", que en directo todavía recuerda más a la buena época de The Stone Roses, y el bonus track "Crush", que relajó los ánimos de un joven aunque enfervorizado público.
Con el público más calmado llegaría el momento de esa declaración de intenciones sobre una vida nihilista que es "Soul Trippin’", a la que siguió "The Sea", sonando quizás ambas demasiado pausadas y sin fuerza. Sin embargo, y como si el grupo viese que se les escapaba de las manos la conexión con el público, optaron por interpretar su ya típica, pero tremendamente lograda, versión del "Girls Just Want To Have Fun" de Cyndi Lauper con la que de nuevo el público volvió a cantar y entrar en comunión con un grupo que se preparaba para la traca final.
La distorsión de las guitarras se hacía por fin patente en una directa y potente interpretación en directo de "Stray", en la que se echó de menos una mayor presencia de los coros, pero que sirvió para ver la parte más alocada de Austin Williams, que danzó como un poseso en los instantes finales del tema. La siguiente canción, "She Changes The Weather", servía para el lucimiento de su teclista y para reafirmar las similitudes en cuanto a sonido con la banda de Ian Brown, mientras que la esperada apoteosis llegaba en los instantes finales del show con su éxito "King City", que demostró ser uno de los temas del año gracias a su pegadizo estribillo y a un sonido, por fin, perfecto.
Así pues, buen concierto de una la bandas del momento, en la que dieron cuenta de su breve repertorio y en el que se evidenciaron algunos altibajos, probablemente debidos a la doble vertiente de su único y aclamado álbum, que lo mismo te invita a gritar estribillos geniales como a sentarte para disfrutar de algunos temas más relajados.
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