Este pasado domingo Rosendo Mercado llenaba por segunda noche consecutiva el Sant Jordi Club de Barcelona en el que iba a ser el último concierto del tour “Mi tiempo señorías…”, gira con la que el de Carabanchel se despide de los escenarios tras cerca de 45 años de carrera formando parte al principio de bandas tan míticas como Ñu o Leño, y posteriormente con una exitosa carrera en solitario.
Rosendo, Sant Jordi Club 23/12/2018 – Foto realizada por Víctor Ramos para Indieofilo©
Con una puntualidad casi británica, Rosendo saltaba al escenario acompañado como no de sus inseparables Rafa J. Vegas al bajo y Mariano Montero a la batería, para demostrar su buena forma a la guitarra y ofrecer una primera parte del concierto en la que fue intercalando algún tema de sus discos más recientes como “Muela la muela” o “Cada día” con éxitos atemporales del estilo de “Aguanta el tipo”, “El ganador”, la versión del “No dudaría” de Antonio Flores o la sorpresa de la noche, “Cosita”, canción poco habitual en sus últimas giras.
Rafa J. Vegas, Sant Jordi Club 23/12/2018 – Foto realizada por Víctor Ramos para Indieofilo©
Hacia la mitad del concierto el ritmo decaería un poco con la aparición de temas menores de su discografía como “Cuando”, “Cúrame de espantos” o “No son gigantes”, a los que seguiría un dúo de temas calmados como “Mala vida” o la genial “…Y dale!”. Tras ellas “Soy”, “Amaina tempestad” y “Vergüenza torera” cumplirían de nuevo con la cuota de canciones del siglo XXI, sirviendo de perfecto preludio a la tormenta final con unos últimos 45 minutos de infarto. “Muchos ni habías nacido la primera vez que toqué esta canción” decía el propio Rosendo segundos antes de arrancarse con los primeros acordes de “El tren”, tema que hizo con Leño allá por el año 1979 y que sirvió de chispa para una traca increíble de la que formaban parte “Flojos de pantalón”, “Masculino singular” y “Pan de higo” antes de dar por concluido el concierto con el tema con el que se ha venido despidiendo los últimos años, “Navegando”.
Rosendo, Sant Jordi Club 23/12/2018 – Foto realizada por Víctor Ramos para Indieofilo©
Sin embargo, el maestro madrileño aún volvería sobre el escenario para poner a todo el público a sus pies con una primera serie de bises magistrales que incluiría “Agradecido”, “Maneras de vivir” y “Loco por incordiar”, para posteriormente despedirse ahora si definitivamente con otro tema de Leño “Que Desilusión”. Tras años de disfrutar del de Carabanchel, este elegía como último estribillo sobre el escenario “El Rock and Roll es un arte/¡Qué desilusión!../Es sólo una canción/Y me siento mejor.”, quizás definitoria del especial momento que unos 5000 privilegiados estábamos viviendo, el adiós de un maestro del rock estatal al que, parafraseándole de manera fácil, solo podemos estarle eternamente agradecidos por ser la voz de la clase obrera durante más de 4 décadas sin perder en ningún momento ni su sensatez y autenticidad cómo persona ni el respeto a un estilo de vida como rockero.
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