La Oude Zaal de Welkweg en Amsterdam se llenaba este martes 4 de Febrero para recibir a una de las sensaciones de la música indie surgidas en los últimos años, los americanos Poliça. Su mezcla de trip hop con dream pop les ha convertido en una banda con un nivel de reconocimiento y éxito que les permite llenar salas de tamaño medio-grande con relativa facilidad, a la vez que comienzan a ser habituales de la letra de tamaño medio en los carteles de los festivales internacionales mas reconocidos.
Los encargados de abrir la velada eran Marijuana Deathsquads, colectivo del que forman parte varios integrantes de Poliça como los baterías Ben Ivascu y Drew Christopherson o la mente pensante Ryan Wilson. Su noise rock progresivo, que por momentos recuerda a una versión light de Battles o que en otros momentos se aproxima a sonidos electrónico-festivos como Hadouken!, sorprendió a muchos de los asistentes a la sala, que no esperaban una demostración de fuerza bruta de tal calibre como teloneros de la propuesta intimista que presentaban los cabezas de cartel.
Con la precisión de un reloj suizo, y con el tiempo justo para que sus baterias se tomasen un merecido descanso, el cuarteto de Minneapolis Poliça salia al escenario sobre el que se apreciaba a tamaño gigante la imagen de portada de su último disco Shulamith (2013). El loop que abre “Spilling Lines” ejerció de perfecta introducción al show, recordando quizás demasiado a los arranques de Portishead en sus directos en los últimos años. Pese a que todo parecía sonar a la perfección, el conjunto perdía un poco de la magia que la canción tiene en el disco, algo que se haría patente a lo largo de todo el concierto. Como en un pequeño salto en el tiempo sonaron consecutivas “Lay your cards out” y “I see my mother” de su primer trabajo Give you the ghost, permitiendo su escucha poder mostrar el pequeño salto hacia elementos mas electrónicos que ha significado su último LP. “Very cruel” consiguió meter de nuevo al público en el concierto, demostrando que la mayoría de los presentes habían acudido gracias al reconocimiento de Shulamith, pero de nuevo la desidia y la relajación se hicieron palpables con “Amongster“, que sin embargo sirvió para el lucimiento personal de Channy Leaneagh y su cálida voz.
El momento álgido del concierto llegó a mediados del mismo, con la interpretación casi encadenada de “Smug” y “Tiff“, sus dos temas mas reconocidos y que son un caballo ganador en directo, gracias a unas melodías pegadizas y una voz perfectamente modelada que recuerda a los mejores temas de los reconocidos The XX. “Warrior Lord” y “Vegas” mostraron la mayor presencia de sintetizadores y electrónica en sus recientes creaciones, siendo la siguiente canción, “Chain my name” la que mejor transmite estos elementos, acercándose incluso a ritmos mas bailables propios de grupos como Aluna George.
A partir de aquí el ritmo y el ambiente del concierto fue decayendo poco a poco con temas como “Torre“, una fallida “Darkstar” en la que los efectos y sintetizadores sonaron muy apagados frente a unas baterías que se comieron cualquier sustrato sonoro o la insulsa “I need $“. Justo antes de los bises llegaría esa pequeña joya que es “Wondering Star” en al que se muestra el lado mas íntimo de la banda, mientras que en la prolongación hubo tiempo para escuchar una descafeinada interpretación de “So Leave” y la magnífica versión del clásico de los 60 de Lesley Gore “You don’t own me“, que sirvió para cerrar el concierto y dejarnos una extraña sensación de “Y si..” ante los altibajos tan evidentes del show, que tan pronto te eleva con momentos como el de la citada versión o Smug, como te lleva hacia la mas absoluta indiferencia durante buenas partes del concierto.
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