El Heineken Music Hall de Amsterdam colgaba desde hace semanas el "Sold Out" para recibir a los alemanes Moderat en la que sería su segunda visita a la capital holandesa este año, tras el espectacular concierto que ofrecieron a finales de marzo en la sala Paradiso con motivo de la presentación de su aclamado álbum III. El encargado de abrir la noche fue David August, con un show mayúsculo en el que se hizo acompañar de batería y guitarra para durante cerca de 45 minutos ofrecer un show que fue una continua montaña rusa de experiencias, desde esos sonidos electrónicos casi líquidos a explosiones de potencia con la batería como protagonista. En un baile de estilos continuo que sorprendió a un público más ávido de los ritmos bailables de los cabezas de cartel, se pudieron disfrutar de cortes que iban del jazz al techno con sorprendente facilidad y en los que sobresalió la increíble “Ouvert”. Así pues, merecidísima ovación la que se llevó el alemán al final de su show.
Fotografía realizada por Andreas Terlaak y proporcionada por Mojo.
Los grandes protagonistas de la noche salieron al escenario con una puntualidad británica y desde el primer momento demostraron que además de la música, se iba a poder disfrutar de una cuidada puesta en escena, en la que destacaron un increíble espectáculo de luces y proyecciones propias para cada canción. Al estilo Kraftwerk, con un módulo de sintetizadores para cada uno de los integrantes, los alemanes arrancaron con ese acercamiento a James Blake que es la delicada “Ghostmother” y la susurrante voz de Sascha Ring como carta de presentación, para posteriormente lanzar el primer gran hit de la noche, “A New Error“, con el que el público enloqueció gracias a la habilidad de los Modeselektor para realizar múltiples loops de los samples más famosos de la misma.
Fotografía realizada por Andreas Terlaak y proporcionada por Mojo.
Con la máquina ya engrasada, el lado más house salió a relucir en “Running”, con el que el público más joven enloqueció frente al fervor mostrado por aquellos que superaban largamente la treintena con “Abandon Window”, tema original de Jon Hopkins genialmente versionado por los berlineses. Sin embargo, la unanimidad llegaría con su gran éxito “Rusty Nails”, que supuso el punto culmen de una primera parte muy sólida en la que pudimos disfrutar de una gran variedad y recursos sonoros que demuestran el porqué los teutones son ahora mismo uno de los grandes referentes de la música electrónica.
Fotografía realizada por Andreas Terlaak y proporcionada por Mojo.
A partir de aquí el show fue decayendo paulatinamente hacia un espectáculo demasiado homogéneo, no exento de calidad pero demasiado tedioso por lo repetitivo de algunos ritmos en la que decepcionó una floja interpretación de la maravillosa “Reminder”. Menos mal que la concatenación de “Les Grandes Marches” y “Last Time” nos devolvió el ritmo perdido anteriormente, destacando sobremanera la primera con unos cuidados acordes de guitarra que rompieron la monotonía previa y que sirvieron además de perfecta antesala a esa fiesta electro que es “No 22” con la que se cerró el concierto.
Fotografía realizada por Andreas Terlaak y proporcionada por Mojo.
Pero sin embargo aún había tiempo para dos tandas de bises. La primera de ellas empezó con el hipnótico e interminable sample de esa maravilla que es “Milk”, para a continuación desatar la locura con “Bad Kingdom”, demostrando en directo que es el tema más redondo de los alemanes gracias a la perfecta sincronización de voces y bases. Tras ella la calmada “The Fool” supuso un jarro de agua fría que ni los ritmos industriales de “Intruder” consiguieron superar.. Esa sensación de excesiva tranquilidad se apoderó también del segundo bis del show, la sutil “Versions”, que supuso un buen cierre para un concierto notable en el que quizás se echó en falta algo que sirviese como mero nexo de unión entre canciones y en el que los primeros 45 minutos se comieron literalmente por su espectacularidad a la segunda mitad del show.
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