La sala Bikini de Barcelona se llenaba hasta la bandera para recibir a los valencianos La Habitación Roja, que presentaban por primera vez en la ciudad su último disco Sagrado Corazón y volvían así a la ciudad condal donde no tocaban desde 2014, aunque es cierto que en el pasado mes de abril actuaron en las fiestas de primavera de la cercana L’Hospitalet de Llobregat.
Con la voz de Elvis Presley de fondo, la banda saltó al escenario algo fría coincidiendo con algunos de los temas con menos fuerza de su último trabajo como “Ahora todo es posible” y “Sombras en la oscuridad”, llegando incluso a afectar a su primer acercamiento a canciones más vetustas de su discografía como la enérgica “Siberia”, en la que sufrieron algunos pequeños problemas derivados del sonido de las guitarras y en las que el buen hacer de Marc Greenwood al bajo consiguió mantener el barco a flote.
El cambio de funciones entre Pau Roca y Jordi Sapena, encargándose este de la guitarra principal durante unos temas, acompañado del hecho que Jorge Martí aparcase su guitarra para dar rienda suelta a su vertiente más cercana a Morrisey con la sola ayuda de un micro, supuso que el concierto diese un giro de 180 grados, favorecido en parte también por dos temas coreados por la mayoría del público como “La segunda oportunidad” y “Un día perfecto”. Tras ellas, la calmada “Taxi a Venus” volvió a suponer un bajón anímico del que se recuperaron inmediatamente con la veraniega “You gotta be cool”.
A partir de aquí, ya con Pau Roca de nuevo a la guitarra, el concierto tomó un ritmo claramente ascendente que no perdería hasta los instantes finales. De la mano de temas como “La noche se vuelve a encender”, “Voy a hacerte recordar” o “La moneda en el aire”, los valencianos encontraron ese sonido tan característico y lleno de calidad sustentando en estribillos y coros doblados, preparando al público para un final apoteósico con “Indestructibles”, “Nuestro momento” y “De cine”.
Aún habría tiempo para unos largos bises en los que pudimos disfrutar de hasta siete canciones que arrancaron de manera pausada con las emotivas “24 de marzo” y “Si tu te vas (Magnífica desolación)”, la primera algo vacía sin el contrapunto de la voz de Zahara y la segunda sublime con un Jorge Martí entregado. “Febrero” elevó de nuevo el ánimo y fue el perfecto pistoletazo de salida para unos 20 minutos finales increíbles, donde pudimos volver a disfrutar de las ya lejanas “Nuevos tiempos” y “El eje del mal”, probablemente los tema más coreado por los fans más acérrimos de la banda que presentes la sala, y “Annapurna”, canción donde pudimos disfrutar del sonido de la banda en todo su esplendor y que sin lugar a dudas fue el punto álgido del concierto.
Con las luces de la sala ya encendidas, Jorge Martí se subiría a una de las barras del local para cerrar el concierto con su himno “Ayer”, con el que el público saltó y bailó dejando una sensación global de éxito absoluto. Y sin lugar a dudas, eso es lo que es cada concierto de La Habitación Roja, una banda con una amplia discografía que dispone de canciones suficientes para realizar dos setlist bien diferenciados, uno más calmado y otro más enérgico, sin perder en ningún caso ni un ápice de esa calidad que les ha llevado a ser, por méritos propios, una de las bandas referentes de la escena independiente nacional.
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