Los británicos Bloc Party volvían a Ámsterdam con motivo de la gira de presentación de su nuevo disco HYMNS, que saldrá a la venta a finales de enero de 2016. Su primera parada en la gira europea era la mítica sala Paradiso y contaba con la ecléctica Steve como telonera, una autentica mujer orquesta con la única ayuda de una guitarra, un set de pedales y sintetizadores, y que durante cerca de 30 minutos ofreció un show lleno de efectos y retroalimentaciones que tuvo su punto álgido con "Emergency Art Rate", pero que poco conectó con un público que esperaba ansiosamente a la banda principal.
Ante una sala abarrotada, los londinenses liderados por Kele Okereke salieron al escenario bajo los acordes de su nuevo tema "Eden", que muestra un intento por acercarse a sonidos más electrónicos y oscuros. Ante la leve reacción del público, sorprenderían las primeras notas de "I've Been Tired" de Pixies, que posteriormente se convertirían en la animada "Octopus", esta si más bailada por el público, a la que seguiría la locura generalizada con la conocida "Hunting For Witches". Ya con todo de cara, sería el momento de una descafeinada "Positive Tension", en la que la nueva batería Louise Bartle no alcanzó la fuerza y el ritmo de su antecesor Matt Tong, una característica que sería notable a lo largo de todo el show.
Los nuevos temas "Virtue" y "The Good News" enfriaron de nuevo el ambiente, aunque la segunda mostró unos toques blues que a buen seguro conseguirán que sea una de las preferidas de los fans de la banda en los próximos meses. Menos mal que la concatenación de dos de sus mayores hits como "Song for Clay (Disappear Here)" y "Banquet" hicieron que el público de nuevo cantase y bailase como si no hubiese mañana, creando un ambiente propicio para el resto del concierto. Probablemente esa benevolencia general ayudó e hizo que el batiburrillo de temas prescindibles, como la nueva "Exes" o ese intento desesperado de sonar como en el pasado que es "So He Begins to Lie", junto con alguno de sus temas más conocidos como "Ratchet" o una floja interpretación de "Flux", fuesen coreadas al unísono por un público fiel y entregado, incapaz de ser crítico con unos 20 minutos finales que vistos desde la distancia pasaron sin pena ni gloria.
Aun habría tiempo para unos bises, que arrancarían con el lucimiento personal innecesario de Kele en la floja "So Real", en la que tocaba un teclado colocado en el centro del escenario solo para ese tema y cuyo sonido era prácticamente inapreciable en el global de la canción. Por contra, la criticadísima "The Love Within", primer single de su nuevo trabajo, sonó con mucha más fuerza y ritmo de lo que se percibe en formato físico y ya avanzamos que en un futuro tendrá un peso capital en los directos de la banda. Para cerrar el concierto sobre una apuesta segura, los británicos optarían por "Helicopter" y "This Modern Love", demostrando que cualquier tiempo pasado fue mejor y que pese a algunos temas notables, el núcleo duro de su directo sigue estando en sus dos primeros álbumes publicado a mediados de la década pasada.. Así pues, concierto correcto de una banda de la que se espera más, a la que probablemente el tiempo ayude a conjuntar el directo de algunos de sus nuevos miembros, especialmente la batería Louise Bartle y a la que un concierto exprés en la temporada de festivales, con un setlist centrado solo en los éxitos de su ya larga discografía, probablemente les beneficie..
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