Tras la exitosa jornada del jueves marcada por el excelente concierto de Blur, el viernes era el día de disfrutar de una de las bandas favoritas del que escribe estas líneas, Depeche Mode, junto con Kendrick Lamar grandes protagonistas del día. Que uno se va haciendo mayor queda demostrado que hace lustros era de los primeros en entrar en el recinto para ver cualquiera de las propuestas del auditori ó de los conciertos a pleno sol.. Ahora, las obligaciones familiares, y porqué no admitirlo, la falta de fuerzas hicieron que llegásemos al recinto con el tiempo justo para llegar al inicio de Sparks, perdiéndonos de esta manera nombres que estaban en nuestro excel de imperdibles como Bala, The Delgados o el mas doloroso, Japanese Breakfast.
Foto de Sparks realizada por Christian Bertrand proporcionada por la organización del Primavera Sound 2023.
Lo de los norteamericanos Sparks es ya de récord Guiness. Más de 50 años de carrera, 26 discos a sus espaldas y cuesta encontrar uno en la última década que no sea notable. Los hermanos Mael venían supuestamente a presentar su recién publicado nuevo disco The Girl Is Crying in Her Latte (2023), pero tras ventilarse apenas tres temas del mismo en la primera mitad del concierto, su show fue un grandes éxitos en toda regla como “This Town Ain’t Big Enough for Both of Us”, “Angst in My Pants” o ”The Number One Song in Heaven”. De la mano de un Rusell espléndido que destaca a propios y extraños por su vitalidad y no parar de bailar a sus 74 años, no tendríamos que pasar por alto su increíble registro vocal que ya querrían para sí muchos cantantes más jóvenes amantes del autotune.
Foto de Depeche Mode con licencia Creative Commons extraida de Wikimedia Commons
Tras ellos era momento de acercarse a los escenarios principales para ver al que posiblemente era el gran nombre del cartel de este año, los británicos Depeche Mode. En un concierto largo para lo que se acostumbra en un festival que superó la hora y media de duración, los de Essex empezaron el show con uno de sus nuevos temas “My Cosmos is Mine”, para posteriormente irse adentrando en temas de los 90 como “Walking In My Shoes”, “It’s No Good” o “In Your Room”. A partir de aquí, y con los sonidos robóticos de “Everything Counts” como disparo de salida, su setlist fue un 90% de primeros singles de cada unos de sus discos como “Precious”, “A Pain That I’m Used To” o la mágnifica “Ghosts Again”, primer tema que escuchamos de su nuevo disco. Para los que les hemos visto en las giras de los últimos 20 años, pudimos constatar que Gaham y Gore siguen en sus mismos roles pese a la edad (seductor el primero y divo el segundo), aunque no podemos negar que el contrapunto de sobriedad y equilibrio que aportaba Fletcher parece haber recalado en el resto de la banda que los acompaña en directo. Precisamente al bueno de Andrew iría dedicada “World in my Eyes” con unas proyecciones en las que aparecía con primeros planos en sus inicios años en la banda, dando paso así a la traca final del concierto, cuya calidad y entrega hizo levitar a todos los allí presentes con la concatenación entre temas finales y bises de “Enjoy the Silence”, “Just Can’t Get Enough”, “Never Let Me Down Again” y “Personal Jesus”. Sin lugar a dudas, uno de los conciertazos de la historia reciente del festival.
Foto de Bad Religion realizada por Paco Amate proporcionada por la organización del Primavera Sound 2023.
Mientras que la mayoría de gente solo se movía unos pequeños pasos para ver en el escenario contiguo al otro gran cabeza de cartel del día que era Kendrick Lamar, nosotros caminábamos hacia el escenario Cupra para reencontrarnos con unos viejos conocidos, los angelinos Bad Religion. Es cierto que hacía poco más de un par de meses que habían tocado en la ciudad condal como parte de su gira de 40 aniversario, pero cualquier ocasión es buena para ver a Greg Graffin y los suyos. Arrancar con “American Jesus” fue toda una declaración de intenciones, ya que durante cerca de una hora no pararon de sonar hits punks uno tras otro, como lo demuestra la presencia de “No Control”, “End of History”, “The Streets of America”, “You”… El único pero de la actuación, un volumen tan bajo que hacia casi imposible distinguir voces y guitarras a no ser que llegases a las 5 primeras filas del concierto…. En un increíble final caerían paulatinamente ”Punk Rock Song”, “Sorrow”, “I Want to Conquer the World” y “21st Century (Digital Boy)”, regalando un pogo de casi 6 minutos que demuestra que estos señores de Los Angeles pueden seguir regalándonos discos y directos durante muchos años.
Foto de Skrillex realizada por Sergio Albert proporcionada por la organización del Primavera Sound 2023.
Como contrapunto al punk rock de los norteamericanos, el francés Christine and the Queens ofreció un concierto denso, oscuro y lleno de teatralidad en el escenario Amazon. Atrás quedan ya sus espectáculos toda vestida de blanco y con múltiples bailarines, ya que el show del francés sirvió para intercalar fragmentos de poesía, interpretación y prosa entre un repertorio en el que presentó buena parte de su nuevo disco PARANOÏA, ANGELS, TRUE LOVE (2023) que saldrá a la venta el próximo viernes 9 de junio. Es cierto que en los primeros minutos pudimos disfrutar de un acercamiento desde un prisma diferente a algunos temas antiguos, pero siempre manteniendo ese aire intimista, como pudimos disfrutar en las delicadas versiones de “Saint Claude” o “La chanson du chevalier”. En un Primavera tan urbano y movido hacia nuevas tendencias, es de agradecer un poco de lágrima y autoflagelación en forma de concierto íntimo (que no pequeño) como el de Christine and the Queens.
Foto de Mora realizada por Paco Amate proporcionada por la organización del Primavera Sound 2023.
La retahíla de DJs de EDM en los escenarios principales hicieron que solo nos acercaremos a ellos para ver el comienzo de Skrillex, y lo único que pudimos observar fue como uno de los focos del escenario ardía ante el ímpetu de la pirotecnia del angelino. Como si de una señal de un ser superior se tratase, decidimos que no hacía falta perder más tiempo y que a lo mejor era un buen momento para recogerse camino de casa, pasando previamente de nuevo por el escenario Amazon para ver al colaborador y productor habitual de Bad Bunny, Mora. Con unas primeras filas llenas de un público que difícilmente había abandonado la adolescencia, el puertoriqueño se dio un baño de multitudes a base de Trap latino y reggaeton. No llegaron a cinco temas de ritmos machacones, poca voz (en la mayoría de momentos desafinada) y unas letras hipersexualizadas que pondría los pelos de punto a cualquier responsable de coeducación de un estamento público para ver que aquello no era ni por asomo lo nuestro. Sin embargo, en una frase chanante, la chavalada no paraba de gozarlo…
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