El pasado fin de semana se celebró en Barcelona el Primavera Club 2016, donde pudimos disfrutar de algunos de los nuevos nombres que están pegando fuerte en la escena independiente internacional junto con nombres ya consagrados como los de Minor Victories y Whitney. El viernes nuestra primera toma de contacto en la jornada del viernes llegaría con la americana Lucy Dacus, cuyo show resultó menos rockero de lo esperado a tenor de lo visto en su disco de debut No Burden. En un concierto con demasiados altibajos, nos quedamos con la fuerza de su voz, como se pudo ver en la maravillosa “I Don't Wanna Be Funny Anymore”. Tras ella era el turno de sus compatriotas Public Access T.V. en la [2], cuyo sonido cercano al punk-britpop de bandas británicas de principio de milenio como The Rakes atrajo a una buena cantidad de público. El suyo fue un espectáculo lleno de energía que fue de más a menos y en el que por momentos recordaron para bien a sus idolatrados The Strokes.
La sala principal nos brindaba a continuación la oportunidad de disfrutar por fin de los neozelandeses Yumi Zouma, casi tres años después de aquel Ep homónimo lleno de electro pop que sorprendió a los magazines medio mundo. Pese a que sus últimos 20 minutos fueron notables gracias a una mayor presencia de los sintetizadores en el global de su sonido, el resto de su show fue una decepción constante, con una casi imperceptible voz de Christie Simpson naufragando entre un sin fin de sonidos inconexos.. Todo lo contrario que los locales Tversky en la sala pequeña, que ofrecieron un show casi perfecto cuyo único pero fue la corta duración del mismo. Con un sonido electro funk sustentado en las maravillosas bases de Xavier Paradis, que igual recuerdan a Afrika Bambaataa que a Daft Punk, la voz y el saxo de Alan Himar consiguen fusionarse a la perfección para dar forma a un dúo al que habrá que seguir muy de cerca en los próximos años.
El plato fuerte de la noche llegaba con los canadienses Operators, o lo que es lo mismo, el proyecto electrónico de Dan Boeckner, guitarrista de los rockeros Wolf Parade. Lastrados por unos problemas con el sonido que arrastraron desde una interminable prueba inicial, su concierto fue una especie de montaña rusa que no se hundió gracias a la potencia de Sam Brown a la batería y en el que destacó “Control” como uno de los temazos del año. En el global les faltó algo de oscuridad, quedando lejanos del electro primigenio de Depeche Mode para acercarse a bandas nacionales más cercanas al electro bailable como Grises..
Sábado 22 de octubre
La jornada del sábado arrancaba con una de apuestas de esa pequeña mina de joyas que es el sello El Genio Equivocado, los zamoranos El Lado Oscuro de la Broca. Pese a una mala ecualización de la sala que hacía casi imperceptible las dos voces principales, en lo musical pudimos disfrutar de un noise-shoegazee con gran presencia de batería y bajo con claras influencias de Mogwai o My Bloody Valentine. Tras ellos, la sala pequeña se llenaría hasta la bandera para recibir al australiano Alex Cameron, sin lugar a dudas uno de los grandes triunfadores de la jornada. Entre continuas bromas y discursos con su saxofonista Roy Molloy, el australiano se disfrazó de crooner moderno para regalarnos buena parte de su disco de debut Jumping The Shark y demostrar que su estilo que parece la mezcla perfecta del Bowie ochentero y de su compatriota Nick Cave merece tener cabida en los festivales del 2017. Además, para el recuerdo como uno de los momentos de esta edición quedan sus espasmódicos-sensuales bailes..
Como un jarro de agua fría llegaría la propuesta de la ecuatoriana aunque afincada en New York Maria Usbeck, cuyo pop electrónico minimalista no terminó de calar en una sala principal que empezó bailando ante su colorida propuesta y una extraña versión del "Cállate, niña, no llores más" de Janette, pero que fue vaciándose rápidamente.. Mejor suerte corrieron los locales Retirada! en La [2], ya que su post-rock de tintes experimentales que por momentos se asemeja a Toundra o vira hacia Mogwai, tuvo una gran acogida, yendo de menos a más y demostrando que los temas de su nuevo disco Victòria/Derrota ganan en directo. La gran decepción de la jornada llegaría instantes después con C Duncan, ya que la sutil propuesta mezcla de dream pop y electrónica del escocés quedó reducida en la noche del sábado a un inconexo batiburrillo de instrumentos que sólo parecieron sincronizarse en los últimos temas. Toda una pena, porque su último disco The Midnight Sun está lleno de paisajes delicados que bien podría firmar el mismísimo James Blake.
Menos mal que nuestros queridos Pauw elevarían de nuevo el nivel instantes después. Ante una sala abarrotada que alucinó con el rock psicodélico de los 70 de los holandeses, la banda de Twente descargó toda su potencia llegando incluso a saturar algunos monitores en las canciones iniciales. Para los que hemos tenido oportunidad de verlos habitualmente en los Países Bajos en los últimos dos años, su gran actuación no nos pilla de improvisto y a buen seguro que en los próximos años vamos a oír hablar mucho de ellos..
El suyo sería el anticipo perfecto para el gran nombre del festival, la super banda indie del momento Minor Victories, formada por miembros de Slowdive, Mogwai y Editors. Con una mejor sincronización que la que pudimos “disfrutar” hace más de 4 meses en el Best Kept Secret holandés, la banda ofreció un concierto sólido sustentado en los ritmos de batería, y sobre todo, en la fuerza de Stuart Braithwaite. El escocés parece una fiera enjaulada durante buena parte de los temas de la banda, y es precisamente cuando se desata y aparecen las atmósferas más asfixiantes propias del post-rock cuando la propuesta de Minor Victories gana enteros, ya que en esa épica global es donde la preciosa voz de Rachel Goswell por fin muestra todo su potencial. A destacar la fuerza de temas como “A Hundred Ropes”, “Breaking my Light” o “Scattered Ashes”, que hicieron las delicias del público y demostraron el porqué la sola presencia de Minor Victories ya era motivo más que suficiente para asistir al festival..
Domingo 23 de octubre
El ultimo dia de esta edición del Primavera Club arrancaba con el trío catalán Yumi Yumi Hip Hop y sus píldoras pop que rápidamente hicieron bailar a toda la sala pequeña del Apolo. Con un estilo que por momentos recuerda a unos The Pastels más acelerados, suyo fue uno de los momentos de la noche con la versión de "Calgary 88" de los Antonia Font que se marcaron a mediados de su show. Sin casi respiro era el turno de los también catalanes Gúdar en la sala principal, y una vez superado el shock inicial que suele ocasionar para el que los desconoce la peculiar voz de su cantante Albert Espuña, se ganaron poco a poco al público que acabó bailando e incluso saltando en alguno de sus temas como “La nueva canción”.
La jornada iba avanzando y cada vez más gente iba llenando las salas del recinto barcelonés ante los grandes nombres de la noche. Uno de ellos debía de ser Alexander Brettin y sus Mild High Club, pero el suyo fue una de las grandes decepciones del festival. El pop psicodélico y onírico de su aclamado segundo LP Skiptracing quedó relegado a un segundo plano ante la apatía y poca fuerza de los americanos, que borraron ese regusto a lo Ariel Pink’s Haunted Graffiti para acabar relegados a una mera copia de música para ascensores.. Para nuestra suerte, el gran cabeza de cartel de la jornada, sus compatriotas Whitney nos quitaron rápidamente el mal gusto con un show casi redondo pese al más que evidente cansancio de su batería y cantante Julien Ehrlich. Pese a ello, el líder de la banda no dejó de interactuar con el público durante todo el concierto, y bajo el gran influjo de los sonidos de la trompeta de su compañero Will Miller, ofrecieron un show en el que desgranaron casi en su totalidad el álbum que les ha dado a conocer mundialmente, No Woman, deleitándonos además con una versión del "Tonight I'll be staying here with you" de Bob Dylan y acabando el show en lo más alto precisamente con el hit No Woman.
El festival iba llegando a su fin y los encargados de clausurarlo iban a ser los también norteamericanos Porches, que con su último trabajo Pool han virado hacia un pop más cercano al dream o al R&B y se han olvidado de esos destellos rock de su disco de debut. Su directo no terminó de arrancar en ningún momento pese a que en lo musical poco había que reprochar, pero la excesiva timidez de su cantante Aaron Maine lastró un concierto frio que defraudó visto las expectativas que había por buena parte del público.. Así pues, edicion correcta en líneas generales, que nos dejó el gran concierto de Whitney y la posibilidad de disfrutar en directo de una banda del calibre de Minor Victories, con Alex Cameron y Tversky como nombres a apuntar para un futuro, pero del que no sacamos tantas sorpresas como en años anteriores, ya que grupos que tenían que dar el do de pecho como Porches o Yumi Zouma defraudaron completamente.
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