Este fin de semana ha tenido lugar en el idílico emplazamiento del Westergasfabriek de Amsterdam la tercera edición del Pitch Festival, un festival en el que la electrónica es sin lugar a dudas el plato principal y que ha crecido exponencialmente en público y calidad de su cartel tras unos inicios hace un par de años en los que hubo 5000 asistentes. Con Disclosure, James Blake y Dizzee Rascal como principales nombres, la mal llamada serie media presentaba artistas muy atractivos como Django Django, Aluna George o Chvrches que suponen un acercamiento a otros estilos mas populares dentro de la música independiente.
Tras unos exhaustivos controles de seguridad que provocaron grandes colas a la entrada (Y que nos hicieron imposible acudir a tiempo al concierto inaugural de How To Dress Well), la primera toma de contacto con el festival llegó de la mano de los neozelandeses Fat Freddy's Drop, que con una impresionante puesta en escena con cerca de 10 músicos sobre el escenario en la que destacaba una potente sección de vientos con trombón, trompeta y saxo, desarrollaron su estilo desenfrenado de reggea con toques de techno, funk o incluso jazz. Con un repertorio muy centrado en su último disco Blackbird, el momento álgido del show llego con la interpretación de "Mother, Mother", que con el nivel de movimiento y fiesta propone podría ser perfectamente válida para ser interpretada por una charanga en las fiestas locales de cualquier pueblo de la península ibérica.. Sin casi tiempo para descansar nos adentrábamos en la propuesta dubstep que Aiden Whalley, James Buttery y James Young, mas conocidos como Darkstar, propusieron durante cerca de 35 minutos. Su último disco News From Nowhere, honroso heredero de esa maravilla que fue North, sirvió como base mayoritaria de un concierto en el que la comunión del grupo con un público muy cercano fue absoluta y buena prueba de ello fue la inmensa ovación (extraña por estos lares) que recibieron al final del concierto.
Siguiendo con los ritmos bailables, y con apenas 10 minutos de diferencia con respecto al show de Darkstar, el impresionante escenario del Gashoulder (un antiguo almacén de gas circular remodelado como sala de conciertos con capacidad para mas de 3500 personas) servia de macro pista de baile para que el australiano Flume moviese a un respetable que enloquecía remezcla tras remezcla. Mención especial al momento en el que sonó el "Get Free" de Major Lazer acompañado de una bateria electrónica, haciendo que una simple festival a las 17:00 pareciese una rave nocturna.. A pocos metros de allí empezaba el espectáculo de los londineses Django Django, que ya nos maravillaron en la pasada edición del FIB y que volvieron a demostrar que son un grupo que presentan un directo divertido y capaz de hacer bailar con algo de ritmo hasta a los holandeses mas patosos.. Prácticamente desgranaron al completo su disco homónimo y con canciones como "Storm" o la magnífica "Default" cerraron un show casi de 10.
Tras un leve descanso en el que escuchamos los últimos minutos de la sesión del escoces Rustie (sin mucha chicha y con algunos ritmos dificil de ensamblar), llegó el momento álgido de la noche, la actuación de James Blake. El inglés venia a presentar su segundo disco Overgrown y triunfó por todo lo alto, al ofrecer un sonido impecable y una interpretación sentida y con una gran voz, que solo hizo mas que acrecentar un ya de por si magnífico trabajo. Empezar con un guiño al pasado como "Air & Lack Thereof" ya nos hacia presagiar una gran noche, pero si a ello le añadimos una "CMYK" con unas líneas de bajos que llegaban a las entrañas o su magnífica versión del "Limit To Your Love" de Feist, nos encontramos ante una hora de concierto que pasa rápida e intensa como un primer beso.
Todo lo contrario sucedía a la misma hora en el otro gran escenario del festival, donde el fenómeno Azealia Banks hacia retumbar las paredes del circular edificio en el que se agolpaban jóvenes prepúberes y con multitud de parafernalia ochentera o camisetas de la neoyorkina. A primera impresión resultaba imposible quitar los ojos del minúsculo vestido que llevaba la cantante (parecía sacado de uno de los típicos sex shops el barrio rojo de la capital holandesa), y en el caso de que alguien no le prestara atención, ya se encargaban su dos fabulosos bailarines de atraerla, como si se tratase de camuflar la música que acompañaba todo el tinglado.. Un espectáculo pobre en lo musical, con un abuso de ritmos bailables machacones y gritos por parte de la menuda cantante, que nos lanzaron casi por obligación a la sesión de los norteamericanos Jets. La sobriedad de la que hacen gala los de Detroit tuvo calado entre un público que disfruto con la oscuridad y los bajos cargados de Edgar y Machinedrum, siendo este último el que se encargó de gestionar la mayoría del espectáculo.
Tras cerca de 9 horas ininterrumpidas de música, el final de la noche llegaría con el show del rapero de masas inglés Dizzee Rascal. Su propuesta varió poco de la que pudimos ver en el FIB 2012, moviendo al personal con un carisma y unos ritmos vertiginosos, acompañado además en todo momento por dos MC más que ofrecían una variedad vocal que elevaba su espectáculo a un nivel superior. Es cierto que buena parte del show sirvió para ir presentando canciones del que será su esperado nuevo disco The Fifth (presentado en sociedad con el hit junto a Jessie J Wild), y que muchas de estas nuevas canciones pueden sonar en cualquier radioformula de nuestro país en los próximos meses, pero cuando Dizzee vuelve a su lado mas visceral, el de "Bonkers" o "Sirens", sin lugar a dudas no tiene rival. Con ello, y pese a las 4 horas de festival en las que quedaban innumerables propuestas electrónicas, terminó para nosotros una primera jornada en la que pudimos disfrutar de la vertiente íntima de Blake, la brutalidad de Rascal o la fiesta multinstrumental de Django Django.
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