Tras una primera jornada con un nivel muy alto marcada por los shows de Muse, Biffy Clyro o Chvrches, el segundo día del festival holandés Lowlands se presentaba algo inferior en lo referente al cabeza de cartel (Disclosure), pero con una mayor riqueza y variedad en el cómputo global gracias a las actuaciones de Sigur Rós, Noel Gallagher’s High Flying Birds, M83 o los locales De Staat, entre muchos otros.
El dia arrancaba en la carpa principal con los australianos Wolfmother, o más bien lo poco que queda de la formación original.. Sin embargo, esta vuelta a los orígenes de su líder Andrew Stockdale resulta de lo más gratificante, sonando incluso mejor que en el pasado gracias a una banda increíble y acercándose a esos Black Sabbath de los 70 con los que siempre los comparan. Con un setlist muy acertado que incluyó todos sus hits como “White Unicorn”, “Joker And The Thief” o “Apple Tree”, la rabiosa y eterna “Woman” fue el punto culmen de un concierto notable.
Los americanos Sleeping With Sirens eran la siguiente parada en una carpa Bravo abarrotada de quinceañeros con las gorras hacia atrás que enloquecieron con las primeras poses y acordes de guitarra pseudo hardcore de los americanos. Su espectáculo, repetitivo y nada novedoso, se acerca a un estilo punk-pop con toques emo para adolescentes que horas después de su concierto seguimos sin entender cómo puede atraer a unas mentes en formación ávidas de nuevas experiencias. Menos mal que el siguiente concierto para quitarnos el mal sabor de boca era el de los holandeses De Staat, que tan buena impresión nos habían dejado en el pasado Down The Rabbit Hole. La banda liderada por Torre Florim conquistó la carpa principal a base de rock, sorprendiendo al público internacional presente en la misma que los ovacionó y a buen seguro apuntó su nombre de cara al futuro. A falta de que sus compatriotas Kensington publiquen su esperado nuevo disco a finales de año, ya podemos afirmar sin ninguna duda que De Staat son la banda holandesa del 2016.
El escenario Bravo continuaba con su tarde pop-punk con los canadienses Sum 41. Pese al destrozo que realizaron al “We will rock you” de Queen y a los continuos problemas a la voz de su líder Deryck Whibley, a diferencia de Sleeping With Sirens el suyo fue un concierto con una línea y estilo marcados, interpretando temas que sonaban a ese punk para adolescentes que tanto éxito tuvo a rebufo del new metal a principios de siglo. Por momentos resulta chocante como tanta gente joven puede volverse loca con un grupo que tuvo sus mejores años cuando algunos de ellos acababan de nacer, pero hay que reconocer que su final de concierto con “In Too Deep” y “Fat Lip” fue sin lugar a dudas uno de los momentos del día.
Uno de los grandes nombres del día llegaba quizás demasiado pronto a una carpa Alpha que sorprendentemente no presentaba ni media entrada. La música de los islandeses Sigur Rós precisa de una atmósfera acorde con sus preciosas y épicas melodías, por lo que resulta totalmente incomprensible su actuación a media tarde con más luz de la necesaria.. A pesar de ello, y de un arranque algo errático tras unas pantallas de leds con las que deslucieron completamente la delicada “Starálfur”, su show fue in crescendo a medida que los ritmos de batería fueron ganando protagonismo y que las voces de Jónsi, indivisible de su icónica imagen tocando la guitarra con el arco del violín, empezaron a llegar a tonos más agudos. Echamos en falta algún tema de Valtari (2012), injustamente desterrado del setlist, pero aun así el suyo fue un show notable deslucido por la excesiva presencia de luz..
A partir de aquí llegaban los solapamientos típicos de festival en nuestro horario. Con una división clara de preferencias, uno de nuestros redactores optó por el combo Noel Gallagher’s High Flying Birds-M83, mientras que el resto se decantaron por las psicodelia de King Gizzard & The Lizard Wizard y el electro-swing de los franceses Caravan Palace. En el caso de los primer pack, el mayor de los Gallagher ofreció un concierto muy similar al que pudimos disfrutar meses antes en el Heineken Music Hall de Amsterdam, con continuas interacciones con el público (Impagable su momento cuando al ver a dos niños en primera fila les pregunta si se han perdido, para una canción después decirles que si ese tema no era el mejor han escuchado de su “corta vida”), y éxitos por doquier, tanto de su época en solitario como de Oasis. Tras una primera mitad del show dedicada a sus High Flying Birds en la que el mancuniano demostró que su voz se encuentra en el mejor momento de su carrera, los últimos 20 minutos de concierto desatarían la locura con “The Masterplan”, “Wonderwall”, “AKA… What a Life!” (Dedicada a todos los seguidores del Manchester City) y el karaoke multitudinario típico de “Don’t Look Back in Anger” con el que cerró el concierto.
El hecho de aguantar hasta el final el espectáculo del británico hizo que casi no pudiésemos entrar a una carpa abarrotada para recibir a Anthony González y su proyecto M83, que venían a presentar su reciente disco Junk (2016). Los cerca de 70 minutos de show sirvieron para demostrar la amplia paleta de estilos del francés, que lo mismo se aventura en el pop 80, avanza hacia la electrónica o se atreve con el shoegaze. Un arranque espectacular con “Reunion”, unos juegos de luces increíbles durante todo el concierto, la aclamación popular con el hit “Midnight City” o el cierre con la ya lejana “Lower Your Eyelids to Die With the Sun” sirvieron para abrir y cerrar un círculo mágico en el que fue el concierto del día.
Por el otro lado, la reciente fama de King Gizzard & The Lizard Wizard había desbordado una carpa Charlie llena hasta los topes que esperaba ansiosa las guitarras de los australianos. La lluvia en el exterior y la condensación de la carpa crearon un ambiente mágico que la banda supo aprovechar para desplegar un concierto rápido y sin concesiones, en el que las cervezas volaron sobre nuestras cabezas en varias ocasiones y en el que ante la insistencia de Stu Mackenzie incluso se realizó un inmenso circle pit. Completamente empapados de sudor, las pocas fuerzas que nos quedaban solo nos dejaban pensar en que su último disco Nonagon Infinity (2016) es una experiencia única en directo y “Robot Stop” una de las canciones del año sin lugar a dudas.
Totalmente distinta fue la propuesta de Caravan Palace, con muchos más matices en sus canciones y unas ganas de fiesta increíbles que supieron transmitir a unos seguidores que también llenaban el escenario India. Con un setlist que casi obvió su disco Panic (2012), los juegos de instrumentos de viento con los de cuerda, especialmente violín y contrabajo, hicieron que la carpa fuese una fiesta continua en la que absolutamente nadie dejó de bailar.
Así pues, buena jornada a nivel general que tuvo a M83 y King Gizzard & The Lizard Wizard como grandes triunfadores por su conexión con el público, donde Noel Gallagher’s High Flying Birds y Sigur Rós ofrecieron conciertos de alta calidad y en el que sorprendió la alta presencia de público para ver a unos Sum 41 que no gozaban de ese reconocimiento ni en sus años de mayor esplendor..
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