Muse y Kendrick Lamar se proclaman los vencedores de esta edición del FIB en sus respectivos conciertos de Sábado y Domingo.
Sábado 16 de julio
La gran atracción de la jornada del sábado era la actuación de Muse, publicitados por parte de la organización como cabeza de cartel de todo el festival, pero también ocurrieron muchas cosas, aunque sí, fueron los grandes triunfadores del festival. Capsula homenajeó como se merece a David Bowie con su espectáculo Dreaming of Ziggy Stardust que puso el listón excesivamente alto para unos Walking on Cars, que si bien pueden ser una apuesta de futuro su directo no es para emocionarse aún. Lo de The Coral podría ser una apuesta segura, y así fue. Sin muchas florituras pero correctos y con un sonido bien madurado fue otro de los grandes momentos del festival.
Con un excesivo control a la prensa se presentaba la banda de Matt Bellamy, Muse, consagrados ya en la historia actual del rock más comercial y con el preaviso de una gira “Drones” que no había dejado a nadie indiferente. Una de las dudas que había es saber si contarían con toda la parafernalia de su gira propia, aunque finalmente no fue así y la puesta en escena no estuvo mal pero por supuesto no tan espectacular como nos tenían acostumbrado.
Uno a uno fueron cayendo los mejores temas (o los que se salvan) de su último trabajo Drones como “Dead Inside”, “Psycho”, “Mercy” , “The Globalist”, y sus grandes éxitos, ya clave en la historia reciente del rock como “Undisclosed Desires”, “ Madness” y por suerte también hicieron un pequeño hueco para sus primeros (y mejores) álbumes con “Plug in Baby” , “Starlight”, “Time is Running Out” o “Bliss”. El único pero que se le puede achacar es la parte en la que Bellamy y Cia. son poseídos por el espíritu de Queen al igual que en sus últimos discos y se exceden con los coros de “Drones”, aunque lo aciertan con el último trío de temas: “Uprising”, “Mercy” y “Knights of Cydonia, conformando así el mejor concierto del FIB que por cierto fue 10 minutos más corto que lo anunciado por la organización.
El solapamiento de Muse con The Kills provoco cierto malestar por parte de los fibers, aunque se puede entender como una estrategia de la organización para evitar excesivas aglomeraciones en un mismo escenario. Realmente fue una pena, porque los británicos hicieron una actuación memorable y bien podrían haber sido una alternativa para el Las Palmas en la jornada del domingo. Bloc Party demostró en el Visa que no levanta cabeza, y es que tras las malas críticas de su último trabajo, su directo con prácticamente toda la banda nueva denota lo distantes que están de sus mejores épocas cuando incluso entonces ya fallaban en los directos. Disclosure sorprendió a los asistentes, ya que la comparación con sus compatriotas The Chemical Brothers iba a ser inevitable, y la batalla la ganaron sin duda los primeros, ya que a pesar que muchos sospechábamos que iba a ser una sesión excesivamente electrónica, decidieron añadir muchos elementos rock e instrumentación guitarrera en directo.
Domingo 17 de julio
La última jornada del FIB fue un tanto agridulce. Fidlar empezó con gran pie en el escenario principal pero los shows de Catfish and the Bottlemen y The Maccabees bajaron un poco el nivel. Catfish and The Bottlemen fue una de las decepciones del FIB, y es que la banda galesa venía a presentar The Ride, un álbum que al igual que The Balcony presenta un importante número de buenos temas, pero su ejecución en directo con un sonido excesivamente alto y distorsionado y el esfuerzo de Van McCann por poner poses y caritas a su legión de fans desmereció incluso un gran comienzo con “Kathleen” o “Fallout”.
Con excesivos problemas sonoros y con bastante ruido aparecieron The Maccabees en el Las Palmas, quienes tampoco brillaron en exceso, además de elegir un setlist algo monótono. Jess Glyne en el escenario Visa logró congregar a un gran número de británicos, y es que otra de las apuestas más mainstream del festival también tuvo un gran apoyo por parte de un público de todas las edades que pudieron disfrutar del gran concierto de la pelirroja londinense.
Mac de Marco fue una de las gratas sorpresas de la noche, y no por su indudable calidad musical, si no por la calidad de su directo y la cercanía de su banda, facilitando la relación publico-artista al contrario que los sobrevalorados The 1975 con un sonido plastificado y falto de espontaneidad y un Matt Healey transformado en la versión vivente del concepto “postureo”.
Sin duda, Kendrick Lamar junto a Muse fueron los grandes vencedores de esta edición del FIB. El show del americano fue lo mejor de la noche, y es que incluso (como el que escribe) con pocas nociones sobre el hip hop la puesta en escena sencilla y con una inmejorable banda demostraron porque Kendrick es el chico de moda y uno de los mejores productores de la actualidad. Rematamos la noche con BeGun exquisitamente elegante, DJ Shadow y unos Massive attack que se han convertido en la apuesta segura en cualquier directo.
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