Tras el exitoso concierto de PJ Harvey la noche anterior, la segunda jornada del Down The Rabbit Hole 2016 arrancaba para nosotros con el show de la americana Kelela, una de las nuevas musas de R&B que ofreció un espectáculo bastante soso y carente de fuerza. Al rebufo del éxito de FKA Twigs, pero sin ese toque mitad sensual-mitad emotivo que tiene la británica, sólo la interpretación de "A Message" y "Bank Head" nos hizo salir del letargo general producido por el monótono tono de su voz y unas proyecciones austeras.
Menos mal que los locales De Staat iban a devolvernos la fe en la música gracias al desbordante carisma de su líder Torre Florim y a su potente rock con el que hicieron enloquecer a la carpa principal. Con el bagaje que les da haber sido teloneros de Muse en buena parte de su reciente gira europea, la banda de Nijmegen empezó con la contundente "Blues Is Dead", para después mostrar su estilo que mezcla sintetizadores (que se asemejan al estilo industrial de Nine Inch Nails) con las potentes guitarras llenas de efectos en la impresionante "Input Source Select". Por si aun había alguien que dudaba de su creciente fama, cerca del final llegaría una gran versión de "I'll Be Your Only Friend" de Flamman & Abraxas y la apoteósica "Witch Doctor" con la que la carpa se convirtió en una auténtica Rave realizando un inmenso mosh circle con su líder Torre en el centro como perfecto maestro de ceremonias.
Aunque pareciese difícil, el nivel aumentaría con las inglesas Savages en la carpa Teddy Widder. Su concierto fue de los mejores del festival, toda una lección de Noise y Post-punk, con Jehnny Beth atrayendo la atención de todo el público sobre su persona con los gestos y espasmos que no para de realizar sobre el escenario. El arranque con "I Am Here", "Sad Person" y "City's Full" fue espectacular, manteniendo un nivel constante en el resto del concierto donde destacaron las oscuras líneas de bajo y la potencia de una batería muy presente en todas las canciones. Aún habría una bala en la recámara, que llegaría con "Mechanics" y "Adore" en los instantes finales, demostrando que la banda, con este nuevo álbum que las consagra como uno de los referencias del estilo a nivel mundial, se ha ganado con creces ocupar los escenarios principales de lo festivales. La calma llegaría con Lianne La Havas, que ofrecería un show algo de carácter y demasiado lineal en la carpa principal. Su música es una oda al buen rollo y es perfecta para escucharla tranquilamente en el sofá de casa, pero en directo precisa de algo diferente que te mantenga interesado en el show más allá de buenos temas como "Tokyo" o "Grow".
Precisamente eso es lo que aporta Glen Hansard, que ya se ha quitado el sambenito de "El chico de Once" para poder demostrar toda la calidad que atesora en sus cerca de 25 años de carrera, primero con The Frames y luego en solitario. Con cerca de una decena de personas acompañándole en el escenario, y una continua interacción con el público (al que tuvo la insensatez de pedirle una cerveza y le respondieron lanzándole unos cuantos vasos llenos..), su show fue una mezcla de temas propios con excelentes versiones como “Astral Weeks” de Van Morrison y donde se echó en falta la interpretación de la archiconocida “Falling Slowly”. Es una pena que a medida que se acercaba el show de The National, la carpa se fuese vaciando, porque precisamente los bises fueron una de las joyas del festival, con “Don't Do It” de Marvin Gaye o “Devil Town” de Daniel Johnston como pequeños regalos de despedida.
El gran cabeza de cartel del festival por fin había llegado y, para nuestra desgracia, los primeros minutos de The National fueron completamente desastrosos. El intento de agradar presentando la nueva canción “Find A Way” se convirtió en un handicap debido a la falta de sincronización entre miembros, y Bryce Dessner decidió cancelarla a mitad de la misma, bromeando segundos después Matt Berninger indicando que el nuevo disco tendría temas atonales y lleno de ritmos locos. Probablemente debido a las dudas de ese primer tema, los temas que venían a continuación y que son los más potentes de su último disco Trouble Will Find Me, como “Don't Swallow the Cap” y "Sea of Love", no sonaron tan contundentes como acostumbran, tocando fondo con el otro nuevo tema del setlist “The Day I Die” minutos después. A partir de aquí el show fue poco a poco creciendo, retomando ese nivel al que nos tienen acostumbrados los americanos, con los aspavientos y gestos habituales de su líder, y que nos permitió disfrutar encadenadas de "Afraid of Everyone", "Squalor Victoria" y "I Need My Girl" en la mitad del show y un final apoteósico con "Graceless", "Fake Empire", "Mr. November" y "Terrible Love". Así pues buen show el suyo, con un inicio que quizás les lastró demasiado pero que supuso un gran cierre para una jornada que nos dejó conciertazos increíbles como los de Savages, Glen Hansard o los héroes locales De Staat.
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