Tras dos días de una calidad manifiesta liderada por los shows de Muse o M83, el Lowlands 2016 llegaba a su fin con una jornada de clausura en la que destacaban los nombres de LCD Soundsystem, The Last Shadow Puppets o Foals.
La primera toma de contacto llegaría en la carpa Bravo, donde Damian Marley desató una fiesta continua a ritmo de reggae y hip-hop. Es cierto que pasados 20 minutos en los que uno se queda prendado por el espectáculo que brindan sus continuos cambios de voz, la parafernalia con agitador de bandera rastafari incluida o de sus interminables rastas, resulta difícil encontrar algo novedoso en la propuesta del jamaicano, pero también hay que reconocerle que sus letras con fuerte carácter político resultan un rara avis en una época tan buen rollista como la actual..
Precisamente ese espíritu buen rollista es el mismo que llevaba a una gran cantidad de público con pancartas en francés o con pequeñas Torre Eiffel de cartón a la carpa principal donde actuaban Eagles of Death Metal. Tras el desgraciado atentado de Bataclan del pasado mes de noviembre, la banda norteamericana liderada por Jesse Hughes recibe el apoyo mayoritario de un público que probablemente nunca haya escuchado sus discos, pese a que después de realizar el polémico cantante californiano unas desafortunadas declaraciones en las que vinculaba a la seguridad de la sala Bataclan con la masacre, la participación de su banda corrió un serio peligro (como ha sucedido en Francia donde se han cancelado su participación en diversos festivales). ¿Se puede comentar algo de lo meramente musical? Su show llenos de clichés rock, chaqueta homenaje a Bowie, un guitarrista clonado a los ZZ Top, risas y bailes se desinfló poco a poco desde la inicial “I Only Want You”, probablemente el mejor tema del setlist, y solo revivió un poco con el dúo “Cherry Cola” y “I Love You All the Time”.
Tras un leve descanso, y esperando dentro de la carpa por la lluvia, era el momento de escuchar la propuesta en solitario de Brian Fallon, líder de la banda norteamericana The Gaslight Anthem, que el pasado mes de marzo publicó su primer disco en solitario Painkillers (2016). Su mezcla de country-rock caló en un público que agradeció la sosegada propuesta del de New Jersey, que a lo largo del show no solo se focalizó en su faceta en solitario sino también en proyectos paralelos como Molly and The Zombies y The Horrible Crowes o incluso una memorable versión del «Teenage Dream» de Katy Perry. Resultó sorprendente que pese a la calidad de la banda que le acompañaba, los mejores temas fuesen aquellos que interpretó en solitario con la sola ayuda de su guitarra, lo que demuestra el buen estado en el que se encuentra Brian Fallon, acusado a menudo de no ser una de las mejores voces en directo.
Empapados por la lluvia tras el corto trayecto que había hasta el escenario Bravo, era el turno de la delicadeza y el sosiego de James Blake, que al igual que Sigur Ros el día anterior se vio penalizado por el exceso de luz natural para una propuesta que agradece los ambientes recogidos e íntimos. Con nuevo disco bajo el brazo, The Colour in Anything (2016), la mayor parte del setlist se centró en el mismo demostrando que estamos ante uno de los álbumes del año, capaz de aguantar las comparaciones con aquel Overgrown (2013) que le llevó a la fama. Su directo tímido pegado al piano poco ha cambiado desde sus inicios y hay que reconocer que el espectáculo más allá de la música es más bien sosete, pero cuando lo musical lo llena todo con tanta intensidad.. ¿Quién necesita más?
Uno de los platos fuertes del día llegaba a la carpa Alpha, donde los británicos The Last Shadow Puppets presentaban su vuelta a los escenarios tras cerca de 7 años sin tocar en directo. Con un nuevo disco de publicación reciente, Everything You’ve Come to Expect (2016), y un Alex Turner más “chispado” de lo normal, los enfants terrible del indie británico demostraron que ya han alcanzado la madurez con unos primeros 35 minutos increíbles en los que destacaron su hit “The Age of the Understatement”, así como los temas nuevos “Bad Habits” y “Used to Be My Girl”. Para cuando el líder de Arctic Monkeys empieza a perder fuelle, quizás pensado en el concierto del cabeza de cartel del que se declaró ferviente admirador a micro abierto (“Estoy emocionado por el concierto de LCD Soundsystem”), el saber estar de Alex Turner recondujo de la nave en una nueva señal de madurez que hace que el show no decaiga abruptamente, entregando incluso un par de temas notables como la calmada “The Dream Synopsis” o “My Mistakes Were Made For You”, que recibieron el aplauso unánime de una carpa llena que despidió al dúo de Sheffield como uno de los grandes triunfadores de esta edición.
El final del festival se iba acercando y la penúltima parada eran los también británicos Foals, a los que ya pudimos disfrutar en su reciente gira europea de salas en el Heineken Music Hall de Amsterdam. Con un concierto prácticamente calcado al de entonces (Si hay algo funciona para qué cambiarlo), la carpa Bravo se quedó pequeña ante la fuerza de Yannis Philippakis y los suyos, que como acostumbran demostraron más fuerza en garra en directo que en sus discos. Además de una acelerada y llena de distorsiones “My Number”, queda para el recuerdo un final apoteósico con “Mountain at My Gates”, la contundente “Inhaler”, “What Went Down” y “Two Steps, Twice”, con el líder de la banda cantando entre el público como acostumbra..
Nuestra última toma de contacto con el festival iba a ser el concierto más esperado para muchos del mismo, el de la banda neoyorquina LCD Soundsystem, que liderada por James Murphy y Tim Goldsworthy volvía a los escenarios tras su retirada en 2011. Y sin lugar a dudas el suyo fue el concierto del festival, la guinda del pastel más dulce que puedas pensar, ya que si algo ha caracterizado a LCD Soundsystem a lo largo de su historia han sido unos directos brutales que afortunadamente no han perdido pese al parón. Ninguna banda consigue mezclar todo lo bueno del pop, disco, punk, afrobeat, house o las producciones ochenteras como ellos, sustentados en diversos bloques de sonido magníficos; las percusiones de Pat Mahoney y el bajo de Tyler Pope, los teclados de Nancy Whang y la mala ostia como maestro de ceremonias de James Murphy. Con un inicio poderoso en el que destacó como no podía ser de otra manera “Daft Punk Is Playing at My House”, el show se hizo entretenido y bailable de tal manera que sin darnos cuenta estábamos en la traca final, donde “New York, I Love You But You’re Bringing Me Down” y “All My Friends” demostraron ser éxitos atemporales..
Con el mítico estribillo “Where are your friends tonight?/If I could see all my friends tonight” cerrábamos un Lowlands 2016 que ha mostrado una salud de hierro, recuperándose de algunos carteles menos potentes de los últimos años, en donde Muse y LCD Soundsytem cumplieron con nota en su papel de cabezas de cartel y en el que los conciertos de M83, Chvrches, Biffy Clyro o King Gizzard & The Lizard Wizard a buen seguro estarán en nuestra listas de los mejores del año. Solo nos queda decir.. Tot volgende jaar!!
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