Tras la gran jornada del sábado, el Best Kept Secret Festival 2015 llegaba a su fin con un tercer día en el que destacaban la vuelta como gran cabeza de cartel de los ingleses Alt-J tras su actuación en 2013, el rock de Royal Blood o la electrónica intimista de SOHN.
La primera toma de contacto del día iba a ser con una de las grandes promesas del Hip Hop, la británica Kate Tempest, que ofreció uno de los conciertazos del festival ante una carpa abarrotada. Bajo ese aspecto angelical del sur de Londres, se esconde una leona capaz de tocar la fibra con sus rimas directas centradas en temas sociales. Pequeñas píldoras de filosofía, que parecen encantar a una carpa que se viene abajo cada vez que la inglesa agradece sinceramente todo el apoyo recibido. Cuando de su boca sale "Nothing you can buy can make you more whole", no podemos más que imaginar lo que hubiese sucedido si esta joven hubiese vivido en la época de Thatcher.. El primer concierto en el escenario principal iba a ser el de uno de los hypes del año, los americanos Future Islands, que tras su famoso baile en el show de Letterman, no han visto más que crecer y crecer y su fama. Bailes y gestos aparte de su líder Samuel Herring, su concierto destaca por devolver esos sonidos de new wave de los 80, acercándose con un resultado bastante exitoso a los mejores New Order. Su arranque, en el que principalmente se centraron en su anterior trabajo In Evening Air, fue lo mejor de un show que tuvo bastantes altibajos y que simplemente dejó un buen sabor de boca gracias a un rush final en el que sonaron las sublimes "Seasons (Waiting on You)" y "Spirit" . Líneas aparte merece la increíble salida del escenario del ya mencionado Herring, que saltó al público para en menos de 30 segundos, recorrer las primeras filas y buscar un tablón de madera que posteriormente utilizó como rampa para volver al backstage por el lateral del escenario (cerca de 3 metros de altura)..
Un golpe del destino, como la cancelación a falta de tres días del concierto BADBADNOTGOOD, permitió que Swim Deep estuviesen de nuevo en el festival holandés. A poco más de tres meses de presentar su esperado nuevo disco, la banda ofreció un show caótico y algo carente de sentido en el que el sonido fue bastante malo y en el que solo las poperas "Honey" y "King City" sobresalieron de su plana propuesta. Como los hemos visto en directo en otras ocasiones y sabemos que esta apatía no suele ser lo habitual, esperamos que este concierto solo sea un bache en su corta trayectoria. De vuelta al escenario grande nos esperaba una de nuestras bandas fetiche, aquellos ingleses que descubrimos a principios de 2014 en el London Calling y que posteriormente han conquistado el mundo con su rock de altos quilates. Royal Blood han crecido, y no solo en popularidad, sino también en saber estar y tablas sobre el escenario, con mucha más movilidad e interacción con el público, hechos que hace más de un año eran inimaginables. Todavía nos sigue impresionando como desde el bajo de Mike Kerr y la batería de Ben Thatcher puede salir esa contundencia que consiguen simular una banda con un mayor número de integrantes. Es cierto que muchas de sus canciones suenan parecidas y que por momentos el show decae debido a un exceso de efectos al bajo, pero también hay que reconocer que en cuanto suenan "Ten Tonne Skeleton" o "Little Monster" el público cae rendido a sus pies. Solo nos queda esperar que nos deparan en su segundo LP para ver qué dirección toman y ver si así sus shows pueden superar esos baches..
En un giro de 180 grados, en la carpa del segundo escenario nos esperaba el también británico SOHN, revelación del año pasado con su gran disco Tremors, que fue la base total de su show. Bajo la penumbra de un exceso de luces de neón que iluminan solo el suelo y hacen difícil mantener la atención en el escenario, la propuesta de Taylor se vuelve aburrida por un exceso de perfeccionismo que le quita toda emoción a unas canciones perfectas para el formato físico pero a las que hay que aportar algo más en el directo. Si hay que destacar algo del setlist, nos quedamos con "Artifice" y la preciosa balada "Veto", aunque quizás esta última no sea la canción más animada para un festival.. El último cartucho del festival era para Alt-J, banda que ya habíamos visto recientemente en el Primavera Sound 2015 y que tan buen sabor de boca nos había dejado con un concierto más que notable pese a la pasividad de sus miembros. Con un setlist clavado, donde destaca un arranque glorioso de la mano de su nuevo single "Hunger of the Pine", "Fitzpleasure", "Left Hand Free" o "Matilda", la banda consiguió crear un ambiente similar al del festival catalán. Sin embargo, y en un detalle en el que normalmente no paramos atención, el hecho de que el concierto fuese todavía con una leve iluminación solar le quitó espectacularidad a un escenario con unos juegos de luces impresionantes, lo que unido a la inmovilidad de sus miembros, le quitó grandiosidad al show. Tras el bache de la mitad del setlist, donde se interpretan algunos de los temas menos conocidos de su 'último disco, la banda retomó el nivel en unos bises de alto nivel donde destacaron una gran versión del "Lovely Day" de Bill Withers y su gran éxito "Breezeblocks", con el que cerraron un show que esta vez no engatusó tanto como en Barcelona hace unas semanas.
Así pues, impresionante edición del Best Kept Secret Festival 2015, con un cartel lleno de calidad y nombres conocidos, en el que los cabezas de cartel rindieron a un buen nivel y que nos deparó sorpresas agradables como las de Kate Tempest o St. Paul & The Broken Bones, nos sirvió para disfrutar de retornos míticos como los de The Jesus and Mary Chain o Ride, o para constatar el bajo nivel en directo de algunas de las nuevas estrellas del r&b norteamericano como A$AP Rocky o Earl Sweatshirt.