Suede, banda capital de la escena británica de los 90, llegaba a Ámsterdam como segunda parada de la gira europea de presentación de su nuevo trabajo Night Thoughts. En un show atípico, los londinenses optaron por tocar integro este nuevo LP tras una pantalla en la que se proyectaba un film creado para tal efecto por el director Roger Sargent. Pasada la impresión inicial, que además coincide con los temas con más fuerza del disco como “When You Are Young“, “Outsiders” y “No Tomorrow“, el show se vuelve plano y monótono, probablemente precipitado por la propia estructura que mantiene como un león enjaulado a un showmnan como Brett Anderson. Pese a que tiene momentos notables donde la película se fusiona a la perfección con temas como “What I’m Trying to Tell You” y “Like Kids“, durante buena parte del show uno solo piensa en si la propuesta musical ganaría con un show habitual..
Por si eso fuera poco, cerca de 20 minutos para quitar la pantalla y demás parafernalia que acompañaba el film, fue un parón excesivo para un público que esperaba sus clásicos ipso facto. Menos mal que el liderazgo de Anderson y la inmensa cantidad de hits de su discografía son capaces de resucitar a un muerto, por lo que en apenas unos minutos se pasó del sopor al fervor absoluto. Buena culpa de ese renacer la tuvo un arranque espectacular con hits como “She“, “Trash” y “Animal Nitrate“, movimiento con el que publico cayó rendido a los pies de la banda, que aprovecharon el viento a favor para demostrar el buen estado de un inmenso Anderson y un sonido claro y potente sustentado en las guitarras. Tras una emocionante interpretación a capela de “Oceans” en la que incluso Brett cantó sin micrófono durante el primer minuto, el éxtasis llegaría con un final apoteósico que nos hizo retroceder más de 20 años en el tiempo al escuchar “So Young“, “Metal Mickey” y “Beautiful Ones“, para acabar despidiéndose con la profética “New Generation” en el único bis del concierto.
En resumen, gran noche la que nos brindaron los británicos, que nos deja la agridulce sensación de haber podido vivir un concierto memorable de haber tenido una estructura diferente. A favor de la banda siempre queda su arriesgada propuesta y las ganas de hacer algo diferente, pero una estructura clásica que permitiese ver a Anderson en todo su esplendor supondría un éxito mayor.
¿Que opinas?
Mostrar comentarios / Dejar un comentario