El pasado domingo, entre un temporal de vientos de cerca de 100km/hora que azotaron la montaña de Montjuic, los británicos Bastille consiguieron atraer a una buena cantidad de público y casi llenar el Sant Jordi Club en la que sería su primera visita a la ciudad condal. La banda de Dan Smith sabe cuales son sus puntos fuertes, esa mezcla de pop y electrónica bailable sin estridencias fácilmente digerible a la que en ocasiones añade unas guitarras rock para no caer en la monotonía, y su show fue una continua montaña rusa con la continua búsqueda de un ritmo neutro de crucero con el que agradar a todos..
Tras una pesada intro en la que un presentador de noticias advertía de la llegada del apocalipsis, el primer tema de su setlist fue "Set them off!", y para nuestra sorpresa después de su desastroso concierto en el Lowlands 2015 sonó potente y clara, demostrandonos que la banda ha desarrollado ese carácter propio sobre el escenario que tanto echamos en falta hace poco más de año y medio. El cuarteto, acompañado de un guitarrista extra y un trío de vientos, consiguió hacer que el Sant Jordi Club sonase a las mil maravillas (Y mira que es difícil..) en uno de los hits de su primer disco Bad Blood como "Laura Palmer", arrancado así con una fuerza desbordante que se fue perdiendo poco a poco a medida que sonaron temas menores de su nuevo disco como "Warmth" y "Snakes". Consciente del bajón anímico, el propio Dan Smith saltó al público para cantar "Flaws", aunque como decíamos anteriormente en lo que sería la tónica de la noche, su efecto gaseosa se desvanecería al interpretar el cantante desde los teclado la exasperadamente lenta "Oblivion", que rompió el ambiente creado instantes antes.
Con este juego del gato y del ratón, de la de cal y la de arena, transcurrió la parte intermedia de un show que vivió su mejor momento con la concatenación de "Lethargy", la increíble "Things We Lost in the Fire" con unas proyecciones espectaculares y "The Draw". Ante el sopor de una descafeinada "Power", la banda optaba por el estribillo interminable de "Bad Blood", mientras que tras la "extremadamente depresiva" (en palabras del propio cantante) "Four Walls (The Ballad of Perry Smith)" sería el turno de su nuevo single "Blame", a la que siguió la interpretación desde un mini escenario situado junto a la mesa de mezclas de ese fusilamiento-homenaje al himno del eurodance "Rhythm of the night" de Corona que es “Of the Night”, en el que hay que destacar que han conseguido imprimir su estilo propio actualizando a su ritmo de percusiones y sintetizadores.
El lipdub de la floja "Fake It" sería el arranque de unos 15 minutos finales llenos de calidad y éxitos, partiendo de los estribillos con sílabas alargadas de "Weight of Living, Pt. II" al mejor sonido de la noche en "Glory", donde la sección de vientos por fin demostró el porqué estaban sobre el escenario y que fue el preludio perfecto para la ochentera "Good Grief", primer single de su último disco que fue cantando al unísono por el público y que significó la despedida de la banda del escenario. Sin embargo, aún habría tiempo para unos bises que arrancarían con Dan Smith cantando la balada "Two Evils" desde la balconada de gradas del Sant Jordi Club y continuarían con dos de los mejores temas del disco que les llevó a la fama, "Icarus" y la archiconocida "Pompeii", con la que el público enloqueció y bailó hasta la extenuación dejando así una sensación final de euforia que poco tenía que ver con el conjunto global del concierto.
Bastille disponen ahora mismo de 7 u 8 temas que entran fácil, de esos que te alegran instantáneamente sin pensar mucho y con los que te pones a bailar ipso facto, pero esta manera de emplearlos como si fuesen salvavidas en su setlist no hace más que deslucirlos, dejándonos la sensación de haber estado en un concierto que no terminaba de arrancar nunca. Y todo a ello pese a que su espectáculo de luces y pantallas es increíble, que su continua interacción con el público es de agradecer y que como hemos dicho anteriormente, su sonido y saber estar sobre el escenario ha mejorado exponencialmente con respecto a la anterior gira.. Pero todavía les falta ese pequeño paso de saber manejar los tiempos de un show de manera correcta, ya que quizás con 20 minutos menos de concierto, este habría lucido más.. Quizás en la próxima temporada de festivales veraniegos, con una reducción forzosa de canciones por exigencias del horario, podamos disfrutar de un concierto notable.
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