Fotografia realizada por Esther Vicente. Todos los derechos reservados
Tras la temporada estival de festivales, la nueva temporada de salas volvía a la oude zaal de Melkweg para presentar a Antemasque, el esperado nuevo proyecto de Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala tras los exitosos y míticos At The Drive-In y The Mars Volta. Los encargados de abrir la noche fueron los mejicanos Le Butcherettes, que durante cerca de 40 minutos mostraron su mezcla de rock y punk con toques garage, con especial atención a los temas de su reciente disco Cry Is For The Flies, editado el pasado mayo. La banda, con la que ha colaborado el propio Omar en la producción y tocando el bajo el innumerables ocasiones, se basa en la fuerza y la presencia de su líder Teri Gender Bender, una tormenta resultante de la unión de Siouxsie Sioux, Karen O, Patty Smith o incluso Janis Joplin. La mejicana, que también ha colaborado con Rodríguez-López en sus proyectos paralelos Bosnian Rainbows y Kimono Kult, se erige como centro de atención tanto por su espectacular registro vocal como por sus continuos aspavientos con los que escenifica sus duras letras, aguantando con una energía impresionante un show lleno de fuerza en el que los momentos mas destacables fueron aquellos en los que la batería de Lia Braswell consiguió fusionarse con las distorsiones procedentes de bajo y guitarra.
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Tras apenas 10 minutos de parentesis, Antemasque hacia presencia sobre el escenario para defender su disco de debut, aunque teniendo en cuenta la larga trayectoria que une a las dos cabezas pensantes del proyecto resulte un eufemismo esa palabra.. Las primeras palabras de Cedric, "Gracias, estos somos nosotros. la siguiente canción es de un álbum en el que hemos estado trabajando 12 años: Chinese Democracy", sirvieron para que el público riese al momento y el ambiente se distendiese, lo que hizo que probablemente este perdonase la mala calidad de sonido de las dos primeras canciones. Sin embargo, todo cambió súbitamente con los primeros acordes de "4 A.M", probablemente el tema mas redondo del disco, arrancando unos 20 minutos memorables en los que destacó el buen estado de la voz de Cedric y, por encima de todo, una soberbia demostración a la batería de David Elitch.
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La segunda mitad del concierto dejó de un lado el carácter At The Drive-In para acercarse mas a la experimentación y la psicodelia de The Mars Volta, con Omar Rodríguez-López tomando el protagonismo absoluto gracias a sus ya habituales solos de guitarra interminables. Aunque por momentos voló sobre la sala una pequeña sombra de desconexión con el resto de la banda, hay que reconocer que la mayoría de los acordes salidos de su guitarra sirvieron para engrandecer todavía mas el sonido como grupo, ya que gracias de nuevo al nexo de unión propuesto desde la batería de David Elitch y a una mayor dureza en las líneas de bajo de su hermano Marfred Rodríguez-López la banda retornaba a un sonido redondo como conjunto.
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Tras cerca de una hora en la que solo interpretaron temas propios (hecho a agradecer ante la avalancha de versiones cuando el repertorio es corto), el concierto terminó dejándonos la sensación de haber sido arrollados por un ciclón de rock en el que el noise y las distorsiones actuaron como catalizadores, pero en el sorprendentemente dado el renombre de los presentes, la lección a la batería que ofreció David Elitch le otorgó el papel de actor principal y líder en la sombra de un proyecto que esperemos que tenga mayor duración y longevidad de las que nos tienen acostumbrados recientemente el duo Omar-Cedric.
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