Se cuentan los segundos para que se apaguen las luces del Galileo Galilei y empiece a sonar esa voz que ha estado repiqueteando en distintos círculos musicales recientemente, resaltando sobre todo por su originalidad. Hablamos del “cantautor (por que canta lo que compone)” Ángel Stanich, que con tan solo 24 años se ha colado dentro los novedades del año a seguir muy de cerca y mas con la vitola que lleva de un directo que engancha. Tras un proceso de creación un tanto introvertido, ha empezado a correr como la pólvora su reconocimiento, con unas críticas muy favorables, así que Indieófilo no podía perderse esta ocasión para sentir de cerca su directo.
Todos los derechos de esta fotografía son propiedad de Bitz Sanz
Comienza el concierto con el ritmo constante de “Amanecer caníbal”, recordándonos que sus letras nos llevan a escenarios utópicos, y consiguiendo la primera gran ovación de la noche al ver el público a la banda que le acompaña, compuesta por Javier Vielba de Arizona Baby, Alex Izquierdo de Idealipsticks y Guille de Aragón de The Jackets. Todo un golpe de efecto que contrasta con un inicio algo tibio en cuanto a ritmos, causado por el estilo acústico de este arranque del concierto. Con esas letras melancólicas que se centran en destrucción de la estirpe humana, pero con el toque rockero que aportan las guitarras que nos recuerdan a los ritmos más eléctricos de los 60, disfrutamos de ‘El menor‘, mientras que con los acordes de “Miss trueno ’89” nos arrebata la desesperación de los riesgos a tomar, como bien indica esa letra pegadiza en la que destaca la desesperada “¡Dime que puedo hacer!”. La mezcla perfecta de los ritmos salidos de la batería con la rabia de su voz construyen un ritmo pegadizo que introduce casi sin querer a toda la sala el tema “El Cruce”, una composición protesta en la que se destacan las contradicciones absolutas del sistema.
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En este punto el artista opta por realizar un homenaje a los clásicos de la literatura, aprovechando la significativa fecha del concierto, interactuando con el público hablando de temas como el entierro de Miguel de Cervantes o la muerte de Garcilaso de la Vega, para posteriormente continuar el directo con una versión del clásico de Mark Lanegan “Bleeding Muddy Water“, perfectamente acompañado por Javier Vielba. A la mitad del concierto y de la mano de la canción que da nombre a su disco “Camino Acido”, que produce una variedad de sensaciones y con los potentes ritmos del bajo que nos transportan a una noche de lujuria, piropos y relatos de historias de ángeles caídos, nos sirve para remarcar la relación que Ángel Stanich propone durante todo el disco con el estado etílico. Un tema con un estilo elegante y rabioso, perfecto a nuestro entender por sus detalles, en los que apuesta por esa visión de la noche cercana a la ‘cultura de club’. Instantes después sacaría la armónica para confundirnos en su género con “La Noche del Coyote”, que sirve para llevarnos a las noches del peyote mexicano, mientras que con su fábula “Jesús levántate”, una canción que no puede generar indiferencia en ninguno de los casos, nos señala la rabia de los declives.
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Tras su ya típica versión del “Hey Hey, My My” de Neil Young, empieza la pseudo despedida con “El Outsider”, tema en el que se trata sobre los desencuentros en los aeropuertos. Tras la ovación del público y sin hacerse de rogar, el cantante volvió al escenario y por ritmo de palmas nos trajo “Mezcalito”, que nos ayudó a estar aún más vivos, haciendo retumbar la sala gracias a un magnífico coro cantado por su la banda nos recuerda los momentazos que nos quedan por vivir. Aun habría tiempo para animar de nuevo la sala con la canción “El Rio”, dejándonos en la imaginación un día soleado de verano, para posteriormente terminar el concierto con el tema que todos esperábamos, para poder saltar y decir adiós a este directo digno de ser vivido. Con los riff de guitarra de “Metralleta Joe” se inicia el cierre del concierto, no existiendo mejor forma de finiquitar el mismo que con los disparos de los interminables compases de la combinación de esta banda y la creatividad del emergente músico Ángel Stanich.
