La 22 edición del Lowlands Festival tuvo lugar este fin de semana en el habitual recinto de los terrenos cercanos al parque Walibi en Biddinghuizen (provincia de Flevoland), con Skrillex, Queens Of The Stone Age o Stromae como grandes reclamos y con la sensación final de un resultado mejor del esperado, cuando en las primeras semanas de venta los abonos no se agotaron en apenas unos días como acostumbran debido a un cartel no tan espectacular en lo que a grandes nombres respecta como en pasadas ediciones. Sin embargo, viendo el bagaje final tanto de espectadores como en lo relativo a la calidad de las actuaciones que ha habido, no hay lugar a dudas para calificar como exitosa la edición de 2014.
Fotografía realizada por Esther Vicente. Todos los derechos reservados
La primera jornada arrancaba con interesantes conciertos como los de Glass Animals, Blood Red Shoes o Kaiser Chiefs, pero nuestras obligaciones laborales nos hicieron llegar al recinto justo para ver el comienzo de Mando Diao en el escenario Grolsh, el segundo en capacidad del recinto. Bajo una estética ibicenca de buenrollismo generalizado, la banda sueca ofreció un concierto plano y falto de ímpetu, en el que las continuas charlas de Gustaf Norén enfriaron demasiado el poco ritmo que ya de por si tenia el concierto, recibiendo incluso alguna pitada por parte del público cuando hizo referencia a la ingesta de cerveza, mezclándolo con la influencia sobre los niños y mujeres bellas.. Justo a continuación el escenario principal Alpha recibía a los belgas Triggerfinger, que durante mas de 45 minutos nos deleitaron con todo lo contrario, un show lleno de fuerza y rock a borbotones en el que principalmente se centraron en sus dos últimos trabajos All This Dancin’ Around (2010) y el reciente By Absence Of The Sun (2014). Su colorido atuendo y sus ganas sobre el escenario encandilaron a un público local que les adora y que solo les “recriminó” que no interpretasen su maravillosa versión del “I Follow Rivers” de Lykke Li.
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El mismo escenario vería apenas 45 minutos después el show de los esperados Imagine Dragons, que ya estuvieron en la pasada edición del festival y que a pocos contentaron mas allá de los fans que copaban las primeras filas del público. Su show lleno de percusión sin sentido y ritmos facilones, que repiten hasta convertir algunas canciones en estribillos eternos, resulta cansino por el hecho de querer ser durante 45 minutos una mezcla de lo mas comercial de sus paisanos The Killers y Coldplay, como lo demostró la recargada interpretación de “Radioactive“. Sin embargo, hay que reconocer que cuando se alejan de toda la majestuosidad de los tambores y el movimiento de su cantante, pueden entregar maravillas como “On Top Of The World” que en directo sonó fresca y divertida. Entendemos como un peaje a pagar la presencia de este estilo de grupos en escenarios multitudinarios y las masas que atraen, siempre que posteriormente sirvan para poder disfrutar de conciertos como el de Janelle Monae en el Grolsh, una auténtica maravilla que con el paso de los días se ha confirmado con el mejor concierto de todo el festival. La americana ofreció un SHOW con mayúsculas en el que destacan a partes iguales una escenografía sobresaliente con una calidad musical inigualable, donde Janelle ejerce como perfecta maestra de ceremonias de una banda que incluye unas coristas con un nivel vocal impresionante, así como una sección de vientos y percusión que recuerdan a las grandes orquestaciones de la época de la Motown. Durante cerca de una hora el espectáculo de la diva de Kansas hace un recorrido por sus tres álbumes en directo, intercalando en algunos temas reivindicaciones a favor de la libertad sexual y, sobre todo, en contra de la discriminación racial, dedicando a las recientes víctimas de Missouri su hit “Cold War“. Aún habría tiempo para que Janelle agradeciese su entrega al público lanzándose sobre él en los instantes finales de “Come Alive“, demostrando que aunque su estilo musical le acerque mas a Aretha Franklin o James Brown, también tiene cosas de de diva de masas al estilo de Rihanna o Beyonce.
Fotografía realizada por Esther Vicente. Todos los derechos reservados
Para el concierto final de la noche existía la duda entre los ingleses Disclosure, a los que vimos hace poco mas de un año en el Pitch festival, en el escenario principal o la argentina La Yegros en el pequeño escenario Lima. La apuesta por la sudamericana resultó todo un acierto a tenor de lo que vimos, un show en el que el mestizaje de percusiones con ritmos argentinos como el chamamé o la cumbia se fusionaban a la perfección con la acelerada voz de la cantante porteña. Una de las mayores sorpresas del festival fue observar la respuesta del público holandés (mayoría en todo el festival, sin casi presencia de otras nacionalidades), que siguió a la artista incluso en las nuevas canciones, como “Sr. Chicherá”, intentando entonar las canciones en un mas que decente castellano o el éxito en su dueto con Cata Pirata de Skip&Die. Así pues, excelente fin de fiesta para una jornada dominada por las féminas y en las que las decepciones de Imagine Dragons y Mando Diao dejaron al descubierto las carencias del que probablemente era el día mas flojo de todo el festival.
Fotografía realizada por Esther Vicente. Todos los derechos reservados