Tras haberse situado en un momento más que perfecto de su carrera con sus 2 anteriores trabajos Only Revolutions y Opposites, y poder tomar varios caminos que ya lejos dejaban a sus trabajos pre – Puzzle, llegaba el momento de la banda escocesa de seguir ciclo, volver atrás o enfrentar un nuevo futuro. Ese nuevo momento ha llegado y su nombre es Ellipsis. El séptimo disco de los Killmarnrock pretende ser una nueva vuelta de tuerca alejándose de los sonidos contundentes, las baterías marcadas y las rudas líneas de bajo de sus anteriores trabajos. Es quizás la reflexión de los 20 años de vida como banda, junto los problemas mentales de Simon Neill, los que han forzado este replanteo, que ha supuesto una relajación en su música y una lírica más autobiográfica.
Empezando con la temática relacionada con lobos, es “Wolves of Winter” la encargada de abrir el álbum, que también fue el primer single y es la gran apuesta de la banda, con un guiño a su nuevo productor ("Record this?" es la primera frase del tema) y un trasfondo autobiográfico en el cual la banda saca pecho de su trayectoria. El disco sigue con su trasfondo auto reivindicativo con “Friends and Enemies”, donde se cuestionan la verdadera amistad, mientras que es con “Animals” donde dan rienda suelta a su lado más rock, pero por desgracia el disco vuelve a sufrir otro duro revés con la inclasificable “Re-arrange”, una pseudo balada más propia de un grupo synth de los 80. Patinan bastante también con “Small Wishes”, una bofetada de country-pop con silbiditio final incluido. Por otro lado, “Howl” y “Herex” son de lo más acertado del disco y donde podemos atisbar algo del sonido que durante los 3 últimos largos nos han hecho creer en los escoceses.
En lingüística, la elipsis es una figura retórica que consiste en la omisión de una o más palabras en una cláusula que, aunque sea necesario para la correcta construcción gramatical, se sobreentiende por el contexto. Así que en cierto modo Biffy Clyro sí que ha hecho una elipsis omitiendo sonidos y conceptos que habían sido la identidad sonora del grupo y que aún tenían bastante más que ofrecer a pesar de que ellos mismos se empeñen en crear trilogías de discos.. El problema es que hay que sobreentender la idea del disco, ya que aunque en palabras del propio Simon Neill “el disco es como un duro golpe en la cara”, no refleja ninguna emoción sino vivencias nimias del grupo.
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