Tras una buena jornada inicial marcada por los espectáculos de Sevdaliza y Olof Dreijer junto a Diva Cruz, el viernes era el momento de reencontrarse con el Sónar de noche, con las actuaciones de Air, Jessie Ware y Kaytranada marcadas en rojo como imprescindibles… Sin embargo, si venís buscando esas crónicas en este texto, os ahorraremos 15 minutos de vuestra vida ya que por razones familiares quien escribe no pudo asistir a la jornada nocturna, de la que solo incluimos las fotos hechas por Mida Mideta, así como la crónica y fotos de la jornada del viernes del Sónar de día.
Ela Minus, Sónar 2024 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©
Nuestra primera toma de contacto iba a ser con la colombiana Ela Minus en el Sónar Hall. Todo lo bueno mostrado en su único LP hasta el momento Acts of Rebellion (2020), se amplificó a lo bestia en un espectáculo en el que primó más una electrónica dura y desgarradora que la sensibilidad de su voz. Hubo tiempo para presentar esencialmente temas nuevos, para poner a bailar a todo el pabellón mientras que ella se situaba de espaldas al público y “toquetear” su espectacular mesa de mezclas, e incluso para jugar en unos audiovisuales en los que destacó ese reloj en cuenta atrás que marcaba el final del show, creando una sensación de angustia finita parecida a cuando te queda la última cucharada de ese plato que tanto te gusta. Cerca de 50 minutos en los que no pudimos parar de bailar gracias a sus temas inéditos o “Megapunk”, y que nos hacen esperar con ansias su nuevo disco, que a buen seguro se plantará en lo más alto de las listas de lo mejor del año…
Verde Prato, Sónar 2024 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©
A toda pastilla fuimos corriendo hacia el escenario Complex+D para encontrarnos ante una propuesta diametralmente opuesta como la Verde Prato. La vasca ofreció un concierto eminentemente pop en el que la dulzura de su voz fue el hilo conductor entre temas que lo mismo se acercaban a la electrónica de “Maite, Nauzu Zeharkatu” que al soft punk de su versión de “Zu atrapatu arte” de Kortatu. De manera rápida, y sin darnos cuenta, nos habíamos plantado en la parte final de un concierto que tuvo como sorpresa otra versión, “Opinión de Mierda” de Los Punsetes, que tuvo una gran acogida entre el público que quedaba por entonces en el auditorio.
Kabeaushé, Sónar 2024 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©
El ver en su totalidad el espectáculo de la artista vasca hizo que nos perdiéramos la mayoría del que se marcó el africano Kabeaushé en el escenario Village. En una escenografía inundada de luces rojas, una histriónica peluca rubia y unos trajes de torero más que discutibles, el keniata se mostró como una versión acelerada y electrónica del belga Stromae, que igual te salta al público que hace bailes espasmódicos. Al final, consiguió hacer bailar hasta los más reticentes a su propuesta gracias a “These dishes aren’t going to do themselves”, y por encima de todo, un temazo como “Banguk”.
Laurent Garnier, Sónar 2024 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©
A continuación, en el mismo escenario, era la hora del gran nombre de esta edición del Sónar de día, tanto por su significancia en la música de baile como en la historia del festival (donde ha actuado en más de 20 ocasiones), así como por su baja de última hora en el mismo escenario el año pasado. Laurent Garnier se sabía ganador desde un principio gracias a tener al público rendido a sus pies desde el primer segundo, aclamado en la salida cual estrella del pop. Nosotros optamos por ir pasando de vez en cuando por el escenario durante las cerca de 3 horas en las que el francés fue ofreciendo pequeñas píldoras de techno y house, pero hemos de decir que no sabemos si por haberlo visto en tantas ocasiones, echamos en falta algo que fuese diferente más allá de tener a la gente brazos en alto cada dos por tres…
Kelly Moran, Sónar 2024 – Foto realizada por Víctor Ramos Santafé para Indieofilo©
Para cerrar la jornada, optamos por ver lo que Kelly Moran iba a ofrecer en el Complex +D. Más allá del virtuosismo de la norteamericana con el piano y del shock inicial de ver interpretaciones de piano sobre otro piano “ficticio” que se proyectaba tras ella en el escenario, su show fue por momentos demasiado pausado y monótono. Quizás algo menos minimalista y más cercano al jazz o la electrónica hubiera estado más acertado para las horas de la tarde-noche que corrían.
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