Tras casí 12 años del lanzamiento de su último disco, los problemas con Graham Coxon, quien no participó en el susodicho largo , Think Tank , los múltiples proyectos alternativos de Damon Albarn (The Good, The Bad and The Queen, Gorillaz, etc…) y su exitoso debut en solitario, Blur se había sumido en un paréntesis del que poco se esperaba que fuera surgir algo.
Cuesta creer que The Magic Whip haya sido prácticamente grabado de manera exprés en una parada de la gira asiático de la banda en Hong Kong, pero así fue, y parte del mérito se le puede atribuir a contar con el que a veces ha sido llamado “el quinto miembro de Blur”, el productor Stephen Street con quien la banda trabajo en sus mejores años. Pero tampoco se ha de interpretar como que Blur vuelve a sus orígenes brit-pop , ya que es el trabajo en solitario de Damon Albarn lo que más ha influido en la producción de este disco, aderezado por la capacidad de crear melodías a la guitarra de Graham Coxon. De los pocos temas que podemos destacar de esta época sería el tema inicial “Lonesome Street”, “Go Out” , “I Broadcast” y sobretodo la simpática “Ong Ong”, aunque todos ellos con una temática más reflexiva, dejando al lado la crítica ácida de la Inglaterra de los 90 como “Parklife” o “Charmless Man”. Prueba de esa reflexión son temas como “Pyongyang” donde Damon Albarn nos narra en forma de canción sus vivencias al visitar la capital de Corea del Norte, o “There Are too Many of Us” que habla sobre la superpoblación y que fue inspirada por la crisis de los rehenes de Australia, que además se podría decir que es de las mejores canciones del álbum con un Albarn susurrando mientras de fondo la batería hace un ritmo estilo marcha militar.
Quizá el corte más flojo del disco sea “Mirrorball”, que le da el cierre y que podría perfectamente no haber sido incluida. “Ice Cream Man”, “My Terracota Heart” o “Ghost Ship” son las pruebas palpables de la influencia de Everyday Robots en este álbum.
Blur nos sorprende con este “improvisado” octavo disco en el cual aúnan sus mejores momentos y potencian las virtudes que cada uno ha obtenido con el paso del tiempo y sus proyectos alternativos