Tras un magnífico London Calling Tolhuistuin que sirvió de calentamiento durante los días previos, por fin llegaba la esperada edición de primavera del London Calling Festival, a celebrar en las 2 salas de Paradiso en Amsterdam y con Wolf Alice como grandes reclamo de la primera jornada, aunque sin lugar a dudas el mayor atractivo de este festival es el poder descubrir a nuevas bandas y poder lucir ante tus amigos años después cuando alguna de ellas se convierta en banda de masas..
Las obligaciones laborales nos impedieron disfrutar de los shows de Happynees y The Proper Ornaments, pero para nuestra suerte llegamos a tiempo para poder gozar con el show que San Fermin iba a ofrecer. Sobre un escenario en el que destacaba la riqueza sonora proporcionada por instrumentos como un violín, una trompeta o un saxo barítono, la banda norteamericana defendió su álbum homónimo encandilando a los que allí estábamos presentes, gracias a los sorprendentes juegos de voces que ofrecieron Allen Tate, Charlene Kaye y Rebekah Durham. Si el disco ya es una gozada, no cabe duda que su directo lo eleva a una nueva dimensión. Con el tiempo justo intentaríamos subir a la sala pequeña de Paradiso, pero en lo que sería una tónica a lo largo de todo el festival, su pequeña capacidad impedía entrar a la misma si no abandonabas el concierto de la sala grande con suficiente antelación (casi a mitad del show..) Así que entre codazos y poco espacio, escuchamos a los australianos Kins, que mostraron que sus ritmos calmados cercanos al dream pop con una gran presencia de líneas de bajo y percusión ganan en espacios pequeños, aunque su exceso de distorsión hizo que por momentos su concierto se hiciese un poco pesado. La vuelta a la sala grande nos llevaría de vuelta al hemisferio sur, ya que los también australianos The Trouble With Templeton estaban sobre el escenario. Con un sonido que les acerca quizás demasiado a Bombay Bicycle Club y un estilo que se mueve con ambigüedad entre el rock y el pop, la banda ofreció un concierto resultón en el que solo el exceso de falsettos de su cantante Thomas Calder llegó a resultar por momentos molesto.
Tras una merecida pausa para cenar era el momento de disfrutar con Teleman, banda surgida de las cenizas de Pete and The Pirates y que mantiene una línea continuista con el anterior proyecto. Con un estilo que a ratos se acerca a Django Django y en otros a los ritmos más rockeros de Beach Boys, su concierto fue de menos a más y posiblemente en el momento que parecía haber más conexión con el público tuvieron que acabar. La vuelta a la marabunta y guerra de la sala pequeña nos deparó la grata sorpresa de Hospitality, banda newyorkina cuyo sonido fue casi perfecto, basado en unas líneas de sintetizador completamente absorbentes y la dulce voz de su cantante Amber Papini. Con la única referencia de su primer álbum homónimo, hay que destacar que los temas que sonaron de su nuevo trabajo "Trouble" tuvieron una gran acogida del público para lograr así el concierto más redondo de la sala en toda la noche. Sin embargo, el galardón de concierto de la noche queda reservado para los ingleses Wolf Alice, que cumplieron con nota su papel de cabezas de cartel del dia ofreciendo un concierto lleno de fuerza, rabia y distorsiones que hizo enloquecer al público. A la espera de un LP que confirme todo lo bueno que han mostrado su EP's, este directo fue la mejor manera de disfrutar sin pausas de un sonido que se mueve desde los mas evidentes Yeah Yeahs Yeahs o Sonic Youth a genialidades de la talla de Throwing Muses.
Casi extasiados por la energía derrochada, era momento de disfrutar del banda más esperada en el escenario pequeño, el supergrupo de Leeds Menace Beach, formado por integrantes de diversos grupos con prestigio que han movido el indie en la capital inglesa desde mediados de los 90. Con un estilo poco definido que se mueve por igual entre el sonido madchester o el shoegaze, el concierto fue perdiendo intensidad paulatinamente y sólo algunos instantes de voces solapadas entre los cantantes Ryan Needham y Liza Violet se salvaron de un show demasiado plano. Para acabar la noche teníamos el otro plato fuerte de la jornada, los misteriosos Jungle, que venían con la vitola de ser uno de los grupos a seguir en este 2014 tras ser incluidos en el BBC Sound 2014 o en la lista de 50 bandas que escuchar de este año por NME. Su show bajo una densa niebla que cubría el escenario teniendo a los artistas casi en penumbra, ofreció ritmos bailables que recordaban a la música disco americana de los 70 o líneas de bajo que se asemejaban a los mejores discos de The Talking Heads. Un sonido pues casi perfecto, reforzado por unos coristas maravillosos que hizo las delicias de un público ávido de ritmos bailables a medida que la noche llegaba a su fin.
London Calling @ Paradiso 9.05.2014 from Joao MB Costa on Vimeo.